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Esta é a vida eterna: que te conheçam, o único Elohim verdadeiro, e a Yeshua o Messias, a quem enviaste. JOÃO 17:3
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CUIDADO CON TU CUERPO.

CUIDADO CON TU CUERPO..
Texto base 2 Corintios 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

Dios nos dio Un cuerpo con varios miembros ( 1 Corintios 12.14 ) como son ; Ojos ,Boca,Oidos Pies y manos, para utilizarlos para bien,pero desafortunadamente, el ser humano los ha utilizado para mal.
Recordemos que Por los errores de nuestro cuerpo, vamos a dar cuentas ante el tribunal de Dios ,si guemos haciendo el mal. y si seguimos utilizando cada uno de nuestros miembros de nuestro cuerpo para la malicia, No va a quedar otro remedio más que un horrendo Juicio de condenación, por permitir que cada uno de nuestros miembros este haciendo el mal.

Desarrollo del tema.
1.El cuerpo
2.Los ojos
3.La boca
4.Los oidos
5.Los pies
6.Las manos

EL CUERPO
Dios formo nuestro cuerpo para que el habitara en nosotros porque somos de Él (1 corintios 6:20 ).Pero en la mayoria de los seres humanos lo que habita es el pecado en lugar de Dios, como són ; Drogas,Alcoholismo,Prostitución,y Adulterios.
El que destruya el templo de Dios ( Cuerpo ) 1 corintios 3.17 Dios lo destruira a él.

LOS OJOS
Hay ojos altivos ( codician, entra la lujuria,la soberbia y el desprecio)
2 Pedro 2.14 “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.”

LA BOCA
Dios nos dio la boca para bendecirlo y bendecir a los hombres,Tambien para comer y beber agua. Pero el ser humano la ha utilizado para ;; Maldecir, mentir,blasfemar,chismear, decir groserias etc..tal como lo habla el Apostol santiago (Jacobo )
Santiago 3.6
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Con esta boquita bendecimos a Dios y con esta misma boquita maldecimos a los hombres, ¿hermanos mios esto no puede ser asi..? Nuestra boca siempre debe de ser de bención._Salmos 15:2_ Salmos 15:2

LOS OIDOS
Los oidos Dios no los dio para escuchar ; su palabra y alabanza. Pero la mayoria de seres humanos los utiliza para oir musica del mundo,chismes, y cosas que no són edificantes, que al final acarrean,guerras ,pleitos, iras y contiendas, por ser transmitidas por las personas que las escucharón.
Proverbios 11:13 “El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.
Filipenses 4:9 “Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.”

LAS MANOS
Dios nos dio las manos, en señal de Adoracíon y gratitud cuando las levantamos hacia él, para darle gracias por lo resibido de su mano. Para poder ayudar al que lo nesecite,Tambien nos las dio para trabajar. pero el ser humano las a utilizado para robar ,matar ,golpear a su projimo y formar idolos (imagenes)
1 Timoteo 2: 8 ” Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” Deuteronomio 27:15 “Maldito el hombre que haga ídolo o imagen de fundición, abominación al SEÑOR, obra de las manos del artífice,

LOS PIES
Dios nos dio los pies para evangelizar ,caminar, y jugar cualquier tipo de deporte.
pero el hombre los ha utilizado para; apresurarlos a derramar sangre de los seres humanos. sin importar si són niños,jovenes o ancianos.
Isaias 59: 7 “Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.

Isaias 52:7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las buenas nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, y dice a Sion: Tu Dios reina!

Conclusión: En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar toda la malicia de nuestro cuerpo y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con amor,pureza y santidad. Recordemos lo que le paso al pueblo de israel por sus deseos carnales. A ellos les vinierón enfermedades y plagas. No espere ustéd a que Dios le mande enfermedades y problemas para recapacitar.¿ Amigo lector si realmente anelas tu salvación deja las pasiones carnales entregate a Jesuscristo con toda tu alma y con toda tu mente y con todo tu corazón..para que puedas disfrutar de la vida eterna que nos dara el Señor Jesucristo cuando venga.
Apocalipsis 16 :15 “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, ( guarda su cuerpo del pecado ) para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.” …. Dios bendiga su vida.

att javi sanchez..

 

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JESUCRISTO Y EL SÁBADO

“También les dijo: El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Así, el Hijo del Hombre es también Señor del sábado” (Marcos 2:27-28).
¿Cómo veía Jesús el sábado? Muchas personas ven solamente lo que quieren ver acerca de la perspectiva que él tuvo del séptimo día. Algunos, sin entender realmente lo que enseña la Biblia, piensan que Jesús hizo caso omiso del sábado o que deliberadamente lo quebrantó.

El sábado es mencionado cerca de 50 veces en los cuatro evangelios (más de lo que se menciona en los cinco primeros libros de la Biblia), así que contamos con datos históricos muy amplios sobre la actitud que Jesús tuvo hacia ese día. Para entender acertadamente lo que los evangelios nos dicen acerca del sábado, es necesario que tengamos en cuenta que la manera de guardarlo había cambiado (o más correctamente, había sido cambiada) desde que fue creado y, posteriormente, codificado en el Decálogo.

El sábado en la historia

En los siglos anteriores al nacimiento de Jesús, la observancia del sábado sufrió una transformación masiva.

Ya hemos visto cómo la exhortación constante de Dios a Israel fue que no se olvidara de sus magnas obras ni de sus leyes. La historia de Israel nos muestra, tristemente, que el pueblo no escuchó. Israel llegó incluso a olvidarse de Dios y se desintegró como nación, dividiéndose en los reinos de Israel y Judá. Luego, las dos naciones fueron llevadas en cautiverio por los invasores de Asiria y Babilonia respectivamente, en los siglos octavo y sexto antes de Cristo.

Uno de los pecados más flagrantes de Israel, el cual contribuyó enormemente a que la nación fuera llevada en cautiverio, fue la violación del sábado de Dios. Aun en medio de la autodestrucción de Judá, provocada por el comportamiento pecaminoso de sus habitantes, Dios continuó advirtiéndoles por medio del profeta Jeremías: “Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el sábado. . . Ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el sábado, como mandé a vuestros padres. . . Pero si no me oyereis para santificar el sábado. . . Yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará” (Jeremías 17:21-22, 27).

Hallándose en Babilonia, en cautiverio con el reino de Judá, el profeta Ezequiel habló de parte de Dios: “Les di también mis sábados, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy el Eterno que los santifico. Mis sábados profanaron en gran manera. . . Desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis sábados profanaron” (Ezequiel 20:12-13, 16).

También Dios le dijo a la nación de Judá: “Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis sábados apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos” (Ezequiel 22:26).
Más tarde, muchos judíos regresaron de la cautividad de Babilonia y se establecieron en su antiguo territorio; esto sucedió siglos antes del nacimiento de Jesucristo. Ellos sabían por los mensajes de Jeremías y Ezequiel que su nación había sido destruida por el quebrantamiento de la ley de Dios, y que violar el sábado fue uno de sus principales pecados.

Una vez que fueron restablecidos como nación, resolvieron no volver a cometer el mismo error. En consecuencia, con el correr de los años las autoridades religiosas judías impusieron una serie de normas meticulosas que detallaban las actividades que ellos consideraban que eran permitidas y prohibidas en el sábado. Así, fueron de un extremo al otro; de profanar el sábado y hacer caso omiso de su observancia, pasaron a guardarlo de una manera opresiva y legalista.

Regulaciones añadidas al sábado

El Zondervan Pictorial Bible Dictionary (“Diccionario bíblico ilustrado de Zondervan”), en su artículo referente al sábado, nos describe cuán rígidas habían llegado a ser las regulaciones sobre la observancia del sábado en los tiempos de Jesús. El código religioso tocante al sábado enumeraba “39 categorías principales de acciones prohibidas: sembrar, arar, cosechar, juntar gavillas, trillar, aventar, limpiar, moler, tamizar, amasar, hornear . . . Cada uno de estos enunciados principales se ampliaba detalladamente de tal forma que llegaron a definirse cientos de prohibiciones que un judío celoso de la ley jamás debía violar. Por ejemplo, la prohibición concerniente a hacer nudos era algo tan general que fue necesario entrar a definir qué clase de nudos podían hacerse y cuáles no, hasta que se llegó a la conclusión de que podrían hacerse los nudos que se deshicieran con una sola mano. . .

”La prohibición referente a escribir en el sábado fue ampliada así: ‘Aquel que escriba dos letras con la mano derecha o con la mano izquierda, no importa que sean iguales o diferentes. . . Es culpable. Aunque lo haga por haberse olvidado de esta ordenanza, es culpable. . . Si al escribir en dos paredes que forman un ángulo, o en las dos tablas de su libro de contabilidad de tal manera que puedan leerse juntas, también es culpable . . .’” (1967, p. 736).

Definición de trabajo

La definición de trabajo que tenían las autoridades religiosas era completamente diferente de la definición normal. Por ejemplo, arar estaba en la categoría de trabajos prohibidos, y pocos podrían negar que en efecto arar es un trabajo que exige energía y esfuerzo. Pero, de acuerdo con el punto de vista rabínico en el primer siglo, el simple hecho de escupir en tierra se constituía en una forma de arar, ya que según la perspectiva de los rabinos el escupitajo causaba una alteración del suelo; por lo tanto, era prohibido. Las mujeres no podían mirarse en el espejo el sábado, ya que de hacerlo podrían encontrarse con una cana y al quitársela estarían haciendo un trabajo.

Usar zapatos fabricados con clavos era prohibido debido a que el peso de los clavos haría que se llevara una carga innecesaria. Aun el simple hecho de caminar sobre la hierba no era permitido porque al pisar la hierba ésta se maltrataba y rompía, lo que constituía una forma de trillar, que también estaba prohibido.

Los dirigentes religiosos enseñaban que en el caso de que se produjera un incendio en la casa, sus habitantes no podrían poner a salvo del fuego sus pertenencias porque eso sería llevar una carga. No obstante, podrían ponerse varias capas de ropa y, llevándolas puestas, sacarlas de la casa, porque esto sí era aceptable.

Jesús predicó y enseñó en medio de ese ambiente extremadamente crítico y plagado de censura. Sin el conocimiento adecuado de ese contexto histórico, es fácil llegar a conclusiones erróneas acerca de cómo él veía el sábado.

Los escritores de los evangelios dejaron consignada la historia de numerosas confrontaciones de Jesús con los dirigentes religiosos referentes al sábado. Las curaciones milagrosas que él realizó en el día sábado, así como sus enseñanzas al respecto, causaron muchísima controversia. Si repasamos los relatos bíblicos acerca de lo que Jesús hizo y enseñó, podremos entender mejor cuál fue su punto de vista acerca del sábado.

A medida que avanzamos en nuestro estudio acerca de la vida de Jesús, mantengamos presente su cronología. Los expertos coinciden generalmente en afirmar que los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas fueron escritos en el primer siglo, entre los años 50 y 70, o sea entre 20 y 40 años después de que habían ocurrido los sucesos descritos. Si la intención de Jesús hubiera sido cambiar, anular o abolir el sábado, los escritores de los evangelios la hubieran hecho manifiesta al hacer el recuento de su vida. Pero las pruebas que tenemos simplemente no respaldan tal concepto.

Jesús predica en el sábado: Lucas 4:16-30
La primera vez que se menciona el sábado en la vida de Jesús está en Lucas 4:16: “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. En la primera mención que encontramos acerca del sábado, cuando estaba comenzando su ministerio, se nos dice que la costumbre, la actividad normal de Jesús, era “entrar en la sinagoga”. No fue un incidente aislado, pues él continuaría yendo a enseñar a la sinagoga (Marcos 6:2; Lucas 13:10).

Continuando en el relato de Lucas, leemos: “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro. . . Comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:17-21).
Jesús citó Isaías 61:1-2, que en la sinagoga era reconocida como una profecía acerca de la época mesiánica. Cuando les dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”, estaba implicando con ello que él estaba cumpliéndola; por lo tanto, ¡se proclamó a sí mismo como el Mesías que ellos esperaban! Jesús continuó comparando su ministerio con el ministerio de Elías y el de Eliseo. Sus oyentes, que entendieron claramente lo que les decía, de inmediato se enfurecieron y quisieron matarlo, pero él logró escapárseles (vv. 23-30).

En esta primera mención del sábado durante el ministerio de Jesús, él proclamó ser el Mesías que todos esperaban, dando a conocer su misión como el Salvador del mundo. Esto fue un acontecimiento importante. Él se había criado en la ciudad de Nazaret, y fue la gente de Nazaret la primera en oír que él era el Mesías. Jesús les dio a conocer la esperanza de su reinado futuro —el evangelio, las buenas nuevas— tanto en su aspecto presente como en el cumplimiento futuro.

Jesús echa fuera demonios y sana en el sábado: Lucas 4:31-39

Enseguida, Jesús comenzó a proclamar el futuro Reino de Dios y a manifestar el poder milagroso que Dios le había dado en virtud de ser el Mesías (Hechos 2:22). “Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los sábados. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad” (Lucas 4:31-32). Luego, cuando echó un demonio fuera de una persona, “todos se quedaron asombrados y se decían unos a otros: ‘¿Qué enseñanza es ésta? ¡Con autoridad y poder les da órdenes a los espíritus malos, y salen!’” (v. 36, Nueva Versión Internacional).

Luego Jesús fue a la casa de Pedro y allí sanó a su suegra, que tenía mucha fiebre. Finalmente, “al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo” (vv. 38-41).

Como el Salvador, Jesús entendía el propósito del sábado y sabía que era un tiempo apropiado para llevar su mensaje de sanidad, esperanza y redención para la humanidad, y proclamar ese mensaje con sus acciones. Aun los demonios reconocieron en él al Mesías profetizado (Cristo significa “Mesías”, como dice en Juan 1:41). Jesús se valió del sábado para señalar su papel como Sanador y Salvador de la humanidad.

Jesús confronta a los fariseos al defender la forma de actuar de los discípulos: Mateo 12:1-8; Marcos 2:23-28; Lucas 6:1-5

Los pasajes de Mateo 12, Marcos 2 y Lucas 6 son comúnmente interpretados de tal manera que sirvan para implicar que Jesús quebrantó el mandamiento del sábado. Pero analicemos lo que sucedió en realidad. Según el relato de Marcos: “Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el sábado lo que no es lícito?” (Marcos 2:23-24).
Los fariseos eran una de las ramas más estrictas del judaísmo y tenían una considerable autoridad religiosa en la época de Jesús; eran muy radicales en cuanto a la observancia del sábado. Su pregunta podría hacernos pensar que los discípulos estaban trabajando arduamente al cosechar grano en el sábado, y que los fariseos tuvieron que reprenderlos por su transgresión. Sin embargo, el relato de Lucas nos sirve para aclarar lo que en realidad estaban haciendo los discípulos: “Aconteció en un sábado, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos” (Lucas 6:1). Lo hicieron así porque tenían hambre (Mateo 12:1), no porque estuvieran segando el campo.

No quebrantaron el mandamiento del sábado

Las acciones de los discípulos estaban en perfecto acuerdo con las leyes que Dios había dado a la nación de Israel. De hecho, Dios había permitido el tomar espigas del campo de otra persona (Deuteronomio 23:25); incluso había ordenado que se dejaran sin segar algunas partes del terreno para que los pobres y los extranjeros tuvieran qué comer (Levítico 19:9-10; 23:22).

Mientras los discípulos caminaban a través del sembrado, iban tomando las espigas y con las manos separaban los granos de la cáscara para poder comérselos. Los fariseos, siendo una de las sectas más estrictas en cuanto a la observancia del sábado, denominaban estas acciones como “cosechar” y “trillar”, que estaban incluidas en las 39 categorías de acciones prohibidas en ese día. Aunque con sus acciones los discípulos no estaban violando el mandamiento del sábado, sí violaban las restricciones impuestas por los fariseos. Desde el punto de vista de los fariseos, lo que hacían los discípulos “no era lícito”, y por eso los criticaban.

La ley permite misericordia

Jesús explicó cómo David y sus soldados, mientras huían del rey Saúl, comieron del pan que normalmente estaba reservado sólo para los sacerdotes, y al hacerlo no cometieron ninguna falta delante de Dios (Marcos 2:25-26). También les recalcó cómo aun los sacerdotes en el templo, al conducir los servicios y realizar los sacrificios, trabajaban y no eran culpados por Dios (Mateo 12:5).

Jesús dijo que en ambos casos no se había violado ni el espíritu ni la intención de la ley y que tales actos habían sido permitidos por Dios específicamente, para el bien de su pueblo. Hizo resaltar el principio de la misericordia de la ley de Dios y que los fariseos estaban errados al poner por encima de todo lo demás, incluso de la misericordia, sus normas y regulaciones humanas.

Jesús explicó cómo los fariseos, debido a su punto de vista desvirtuado, habían llegado a tergiversarlo todo. “El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado”, les dijo (Marcos 2:27, Nueva Reina-Valera). Debido a la mentalidad estrecha de los fariseos y a su perspectiva legalista, el séptimo día de la semana se había transformado en una carga, con cientos de reglas y prohibiciones acerca de qué era y qué no era permitido hacer en ese día.

Jesús resumió el propósito del sábado volviendo al origen, a los comienzos: Dios lo creó como una bendición, un tiempo de verdadero descanso de todas las labores rutinarias, y no como una carga pesada. Era un tiempo para ser disfrutado, no para ser soportado. Afirmó además que el sábado no fue creado solamente para la nación de Israel, sino para toda la humanidad.

Las enseñanzas de Jesús en estos versículos son resumidas por el Anchor Bible Dictionary de la siguiente manera: “En algunas ocasiones se afirma que Jesús abrogó o anuló el sábado; esta aseveración se basa en las controversias que surgieron por las curaciones que efectuó y otros hechos que realizó en el sábado. Pero un análisis cuidadoso de estas situaciones no parece apoyar esta interpretación. El hecho de que los discípulos hayan arrancado espigas en el sábado es particularmente importante, y la forma en que Jesús se pronunció al respecto es fundamental. . . ‘El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado’ (Marcos 2:27). La acción de los discípulos de arrancar espigas violaba el rabínico halakhah [el conjunto de los reglamentos judíos] de la minuta casuística en el cual estaba prohibido cosechar, trillar, aventar grano y moler en el sábado. . . Jesús reformó el sábado y lo volvió a ubicar en el sitio correcto, con la perspectiva con que había sido creado: El sábado había sido hecho para toda la humanidad, no solamente para Israel, que era lo que argumentaba el judaísmo. . . El propósito que Dios tenía con la creación del sábado era que sirviera como descanso y bendición” (“Diccionario Anchor de la Biblia”, 1992, 5:855).

En este ejemplo vemos que Jesús entendió y explicó el verdadero propósito del sábado. Fue creado como un día de descanso y de reposo de las labores rutinarias, una gran bendición para la humanidad.

Otra curación en el sábado: Mateo 12:9-14; Marcos 3:1-6; Lucas 6:6-11

Inmediatamente después de la discusión con los fariseos acerca de por qué los discípulos recogían espigas en el sábado, los evangelios nos muestran cómo Jesús tuvo otro enfrentamiento acerca de lo que se debía y no se debía hacer en ese día. Las regulaciones de los fariseos habían llegado hasta el extremo de prohibir darle ayuda a un enfermo en el sábado a menos que la enfermedad pusiera en peligro su vida.

Un sábado en la sinagoga, Jesús se encontró con un hombre que tenía la mano seca; era una persona seriamente impedida, pero su vida no se encontraba en peligro. “Levántate y ponte en medio”, le dijo Jesús (Marcos 3:3). Enojado y entristecido por la dureza de sus corazones, incapaces de comprender el principio más fundamental de la ley de Dios, Jesús les preguntó a los que miraban: “¿Es lícito en los sábados hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla?” (v. 4).

Incapaces de responder, callaron. Delante de todos Jesús sanó la mano del hombre y la restauró completamente. En lugar de alegrarse y de regocijarse por el feliz acontecimiento, los fariseos “tomaron consejo con los herodianos contra él, para destruirle” (vv. 4-6).

En lugar de aprender una lección espiritual vital acerca del propósito del sábado y el ministerio de Jesús, los fariseos se sintieron injuriados porque él había hecho caso omiso de sus estrictas directrices. En lugar de entender el mensaje de misericordia y compasión, conspiraron para matar al Mensajero.

Lejos de anular el sábado, lo que Jesús demostró era que el sábado es un día apropiado para ayudar y consolar a aquellos que están en necesidad. El mandamiento del sábado no especificaba lo que las personas debían hacer, sino lo que no debían hacer. Jesús entonces aclaró lo que era correcto hacer a los ojos de Dios: “Es lícito [según la ley de Dios] hacer el bien en los sábados” (Mateo 12:12).

El legalismo de los fariseos, yendo más allá del mandato de Dios de no trabajar, había creado una miríada de reglas que restringían aun lo más fundamental de la actividad humana, algo que Dios nunca pretendió. Sin embargo, aun en el reglamento de los fariseos había soluciones para emergencias, como era el caso de poder rescatar una oveja si caía en un hoyo (v. 11). Jesús afirmó que el sábado era un día en el que era permitido y deseable hacer el bien.

Aquellos que se oponen al sábado como día de reposo argumentan que cuando Jesús dijo: “Es lícito hacer el bien en los sábados” estaba con ello dando a conocer que ya no existía diferencia alguna entre los días que Dios había santificado y los demás días. Sin embargo, concluir que la naturaleza única del sábado había sido anulada con la enseñanza de que era “lícito hacer el bien” en ese día, implica que anteriormente era prohibido hacerlo, ¡y esto en ninguna manera es cierto! Jesús reprendió continuamente a quienes lo criticaban, diciéndoles que hacer el bien estaba permitido específicamente en el sábado (Mateo 12:12; Marcos 3:4; Lucas 6:9). El sábado es el día dado por Dios para la instrucción religiosa y como un tiempo de reposo, pero el mandamiento del sábado no prohíbe hacer el bien.

Los actos de curación que Jesús realizó en el sábado fueron precursores de las milagrosas curaciones que están aún por venir con la era mesiánica. Isaías profetizó acerca de ese tiempo: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo” (Isaías 35:5-6).

Lo que el Salvador hizo en el sábado nos recuerda que vendrá un tiempo de paz, sanidad y restauración para toda la humanidad.

Jesús sana a una mujer encorvada: Lucas 13:10-17

Lucas relata otro caso de una persona que padecía de una enfermedad crónica y que fue sanada por Jesús el día sábado en la sinagoga. Era “una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar” (Lucas 13:11). Llamándola para que se le acercara, Jesús puso las manos sobre la mujer, “y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios” (v. 13).

Los espectadores, sabiendo que Jesús había violado la prohibición estrecha que negaba la oportunidad de ayudar a quien no estuviera en peligro de muerte, esperaron a ver qué iba a pasar. No tuvieron que esperar mucho tiempo. “El principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el sábado, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado” (v. 14).

Jesús, empero, no compartía esta actitud: “Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el sábado? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él” (vv. 15-17).

Jesús destacó el hecho de que el sábado representa un tiempo de liberación, de desatar las ligaduras, para ayudarnos a comprender cómo Dios quería que guardáramos el sábado. Aun las estrictas normas de los fariseos permitían dar de comer y de beber a los animales en el sábado. Si satisfacer las necesidades básicas de los animales no violaba el cuarto mandamiento, ¿cuánto más apropiada era la liberación de un ser humano mediante la curación en el sábado?
Este ejemplo de Jesús nos recuerda que está bien visitar a los ancianos y enfermos en el día sábado, ayudándoles a disfrutar el día como un tiempo de liberación. Como lo anunció Jesús, él vino a “pregonar libertad a los cautivos” y a “poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18), refiriéndose a la gloriosa liberación de la esclavitud espiritual que se hará realidad bajo su futuro gobierno como el Mesías.

Jesús sana a un hombre en el sábado: Lucas 14:1-6
La siguiente mención que encontramos del sábado durante el ministerio de Jesús está en Lucas 14. Este incidente no ocurrió en la sinagoga, sino en la casa de un fariseo eminente a donde Jesús había ido el sábado para comer.

Un hombre que tenía un problema crónico de salud acudió a él. “¿Es lícito sanar en el sábado?”, preguntó Jesús a los intérpretes de la ley y a los fariseos. Ninguno respondió. Jesús sanó al hombre, y éste se fue (vv. 2-4).

Entonces Jesús les preguntó a las personas reunidas: “¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en sábado? Y no le podían replicar a estas cosas” (vv. 5-6). Esta clase de preguntas habían sido debatidas entre los maestros religiosos judíos por años, y ellos reconocían que en el mandamiento de descansar no se hablaba de pasar por alto las situaciones de emergencia en que la vida o el bienestar de una persona o un animal estuviera en peligro.

El enfoque y el ejemplo de Jesús nos enseñan que debemos aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente para aliviar el sufrimiento. El propósito del mandamiento de guardar el sábado nunca ha sido impedirnos hacer el bien en ese día. Jesús conocía muy bien el meollo y la esencia de la ley de Dios: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18). Los apóstoles Santiago y Pablo entendieron que el amor era el propósito y el cumplimiento de la ley (Santiago 2:8; Gálatas 5:14).

El ejemplo de Jesús nos muestra que debemos vivir cada día en amor, que es el espíritu y el propósito de la ley de Dios.

Jesús sana a un paralítico en el sábado: Juan 5:1-18
En el capítulo 5 del Evangelio de Juan encontramos el relato de una curación que no se menciona en ningún otro evangelio, lo que añade una nueva dimensión a lo que sabemos acerca de las actividades que Jesús realizaba en el sábado. En este caso sanó a un hombre que había estado enfermo por espacio de 38 años. “¡Levántate, toma tu lecho, y anda!”, le dijo (v. 8).

Al instante, el hombre fue sanado, tomó la camilla en la cual había yacido y caminó hasta ser confrontado por otros judíos que le reprochaban porque estaba llevando su camilla. “Es sábado; no te es lícito llevar tu lecho”, le advirtieron. Mas él replicó: “El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda” (vv. 10-11).

Después de comprobar que había sido Jesús quien sanó al hombre y le dio la orden de llevar su camilla, ellos “perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el sábado” (v. 16). El punto de vista que tenían acerca del sábado estaba tan desvirtuado que les importaban más sus triviales reglas acerca de lo que no se debía llevar a cuestas el sábado, ¡que la maravillosa curación de una persona que había estado afligida durante 38 años!

La respuesta que Jesús dio a quienes lo acusaban de estar quebrantando el sábado los contrarió aún más: “‘Mi Padre siempre está en su obra, y yo también’. Entonces, tanto más procuraban los judíos matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (vv. 17-18, Nueva Reina-Valera).

Lo que Jesús quebrantó no fue el mandato divino del sábado, sino las estrictas normas de los fariseos, basadas en lo que ellos consideraban permisible hacer en este día. Él no pudo haber violado el sábado, ya que anteriormente había pronunciado una maldición sobre cualquiera “que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres” (Mateo 5:19).

¿Qué fue lo que en realidad quiso decir Jesús cuando declaró: “Mi Padre siempre está en su obra, y yo también” (o como lo expresa la versión Reina-Valera, revisión de 1960: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”)? En su comentario acerca de este versículo, The Life Application Bible (“La Biblia del diario vivir”) nos dice: “Si Dios dejara de trabajar completamente en el sábado, la naturaleza llegaría al caos y el pecado dominaría al mundo. Génesis 2:2 nos dice que Dios descansó en el séptimo día, pero esto no significa que dejó de hacer el bien. La enseñanza de Jesús nos permite entender que cuando se presente la oportunidad de hacer el bien, debemos hacerlo, aunque ésta se nos presente en el sábado”.

Dios creó el sábado como un día de reposo para el hombre —la humanidad entera—, no para sí mismo. Él descansó del trabajo de crear la tierra para mostrarnos que nosotros deberíamos descansar de nuestro trabajo rutinario. Pero Dios continúa realizando cierto tipo de trabajo sin descansar nunca: Día y noche, siete días a la semana, él está trabajando para llevar a la humanidad a su reino. Trabaja cada sábado para hacer que las personas crezcan espiritualmente, y trabaja constantemente para cultivar una relación íntima con cada uno de sus hijos.

A juzgar por lo que leemos en los evangelios, Jesús sanó más personas en el sábado que en cualquier otro día. También enseñó y predicó en el sábado. ¿Estaba pecando al hacerlo? No. Sus actividades eran parte de la obra de Dios y tenían como propósito ayudar a las personas a entender y, finalmente, entrar a formar parte del Reino de Dios. Por lo tanto, esas actividades eran perfectamente aceptables a los ojos de Dios.

El sábado y la circuncisión: Juan 7:21-24

En Juan 7:24 Jesús resumió lo que debería haber sido obvio para aquellos que lo criticaban por sanar a los enfermos en el sábado: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. El punto de vista estrecho e intolerante de los fariseos hacía más énfasis en la apariencia exterior que en todo lo demás. Jesús les reprochó el que dieran tanta importancia a las cosas físicas y fueran negligentes con lo más importante: la justicia, la misericordia y la fe (Mateo 23:23).
Para ilustrar los extremos a los que los fariseos habían llegado en sus puntos de vista, Jesús se valió del ejemplo de la circuncisión. Les hizo notar que la circuncisión, señal del pacto entre Dios y la nación de Israel, podía ser realizada en el sábado sin que con ello se quebrantara el día de reposo. Si esta alteración de una de las 248 partes del cuerpo humano (según el cálculo de los judíos) podía hacerse en el sábado, Jesús les preguntó por qué “os irritáis contra mí porque he curado a un hombre entero en sábado” (Juan 7:22-23, Biblia de Jerusalén).

Las autoridades religiosas permitían el rito de la circuncisión mientras les negaban la misericordia a los enfermos. Esto no sólo era ilógico, sino que fríamente pasaba por alto el verdadero propósito de la ley de Dios. “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”, les advirtió Jesús a sus acusadores (v. 24).

Según Jesús, en lugar de hacer respetar la ley de Dios con sus normas y reglas añadidas, los judíos tenían un concepto tan desvirtuado de la ley que lo que hacían en realidad eraquebrantarla e invalidarla (Mateo 23:3, 28; Marcos 7:6-9). “Ninguno de vosotros cumple la ley”, les dijo Jesús, reprendiéndolos por su tergiversada interpretación de los preceptos de Dios (Juan 7:19). No estaban cumpliendo realmente la ley, y tanto las enseñanzas como el ejemplo de Jesús tenían como propósito restablecer el entendimiento y la práctica correctos.

Jesús sana a un ciego en el sábado: Juan 9:1-34

Jesús se valió del incidente en que sanó a un ciego en el día sábado para proclamar doblemente su identidad como el Mesías. Hablando a sus discípulos dijo: “Me es necesario hacer las obras del que me envío, entre tanto que el día dura. . . Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo” (Juan 9:4-5). Enseguida sanó al hombre de su ceguera.

Más tarde, los fariseos encontraron al que había sido sanado y procuraron intimidarlo. “Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el sábado”, argumentaron (v. 16). Él les respondió: “Esto es lo maravilloso. . . a mí me abrió los ojos . . . Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer” (vv. 30, 33). Furiosos porque su autoridad había sido desafiada y sus opiniones puestas en tela de juicio, “le expulsaron”, excomulgándolo de la sinagoga (v. 34). Lo condenaron como hereje, aislándolo así de sus familiares y amigos.

Más tarde Jesús halló al hombre y le preguntó: “¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados” (vv. 35-39).

Jesús aclaró nuevamente que él era el Mesías, el Hijo mismo de Dios. En este episodio, tal como lo hizo en muchas ocasiones en el sábado, continuó enseñando acerca de su labor redentora.

¿Cambió Jesús la ley?

Estos relatos, consignados en los cuatro evangelios, resumen las actividades específicas de Jesucristo en el sábado. Como dijimos antes, algunos ven en estos pasajes solamente lo que quieren ver: la supuesta prueba de que Jesús quebrantó el cuarto mandamiento. Pero como las Escrituras nos lo comprueban, esto jamás sucedió. Él hizo a un lado las restricciones equivocadas que fueron impuestas por los dirigentes religiosos, pero jamás violó los mandamientos de Dios. Si lo hubiera hecho, hubiera pecado (1 Juan 3:4), y Jesús nunca pecó. Vivió una vida sin pecado para poder ser un sacrificio perfecto, el Salvador de toda la humanidad (1 Pedro 2:22; Efesios 5:2; 1 Juan 4:14).

Es inimaginable que a Jesús le hubiera pasado por la mente el desobedecer los mandamientos de Dios. Hablando de sí mismo, dijo: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” (Juan 5:19). ¿Qué hizo Jesús? En sus propias palabras, hizo exactamente lo que el Padre hacía. Y todavía algunos afirman que él vino para abrogar la ley de Dios y quitarla como guía de conducta para el hombre.

“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”, dijo Jesús (v. 30). Su motivación era la de complacer a su Padre en todo momento. Les dijo a sus discípulos: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Juan 4:34). Hacer la voluntad de su Padre era su motivación y su razón de ser. Por medio de las enseñanzas que Jesús dio los sábados, reveló la voluntad de su Padre. Siempre estuvo decidido a terminar la obra de Dios, a pesar de la oposición y persecución, las cuales lograron finalmente su cruel tortura y su muerte.

La clara afirmación de Jesús

Jesús mismo negó que él pretendiera cambiar o abolir el sábado o cualquier otro precepto de la ley de Dios: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17).

Según el Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, de W.E. Vine, la voz griega pleroo, traducida como “cumplir”, significa “llenar”, “atestar”, “suplir”, “completar”, “rellenar”, “(hacer o ser) perfecto” (Libros CLIE, 1984, 1:358; 3:165). En otras palabras, Jesús dijo que había venido para perfeccionar la ley y hacerla completa. ¿Cómo? Mostrando la intención espiritual y la aplicación correcta de la ley de Dios. Su significado es evidente en el contexto del capítulo, donde claramente explica la aplicación espiritual de varios mandamientos específicos.

Algunos tergiversan el significado de cumplir porque afirman que Jesús quería decir: “No he venido para abrogar la ley, sino para cumplirla y de esta manera ponerle fin”. Sin embargo, esto es absolutamente contrario a sus propias palabras. En todo el resto del capítulo explicó que la aplicación espiritual de la ley la hacía más completa aún y más difícil de guardar; nunca dijo que había sido anulada o que ya no era necesario guardarla.

Jesús puso de manifiesto que no estaba aboliendo la ley de Dios: “De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (v. 18). La voz griega traducida como “cumplido” es ginomai que, según el Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, significa “acontecer”, “venir a ser”, “suceder” (1:357). Así, las palabras de Jesús indican que sólo después de que todo lo necesario llegue a suceder podrá pasar alguna parte de la ley de Dios.

Para evitar cualquier posible malentendido, él advirtió a los que tratarían de abolir la ley de Dios: “Cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos” (v. 19).

Cuando Jesús explicó, amplió y ejemplificó la ley de Dios, estaba cumpliendo una profecía referente al Mesías que encontramos en Isaías 42:21: “El Eterno se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla”. Jesús hizo precisamente eso al mostrar el verdadero propósito y el alcance de las leyes de Dios, incluso la del sábado.

El ejemplo de Jesús

Cuando le preguntaron: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”, Jesús respondió: “El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:28-30).

Aquí vemos que Jesús reafirmó el mandamiento mayor del Antiguo Testamento (Deuteronomio 6:4-5). Aquellos que se esfuerzan por obedecer este mandamiento ponen a Dios primero en sus vidas y respetan todos sus preceptos, incluso el de guardar el sábado, tal como se ordena en la Biblia. También tienen presente este principio expresado por Jesús: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama” (Juan 14:21).

Jesucristo es nuestro Amo y Señor (Filipenses 2:9-11). Él afirmó ser Señor del sábado (Marcos 2:28) y debemos seguir su ejemplo guardando el sábado —y todos los mandamientos de Dios— en la forma en que él lo enseñó y lo vivió.

 

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¿EL SABADO ES DE LA GRACIA?

La iglesia de Dios practica y enseña la observancia del sábado, séptimo día de la semana. EL sábado, séptimo día de la semana es un legado bendito de Dios desde el principio de la creación, comienzo de los tiempos. Una rica herencia para todas las generaciones de toda la humanidad. Estableció el sábado como el día de descanso físico, de adoración y renovación espiritual.
Ningún otro día ha sido dado por mandamiento Divino para que sirva para este propósito. Dios, ni ha designado otro día de la semana para que ocupe el lugar del sábado ni tampoco ha anulado la obediencia a su observancia. Por estas razones. Creemos que la evidencia Bíblica apoya la observancia del sábado.
Nuestro objetivo es compartir con usted lo que las Sagradas Escrituras dicen acerca del origen del sábado, lo que el sábado significa, y como se nos enseña a guardarlo. Aquí también está el resultado de un cuidadoso estudio de la presentación que hace el nuevo testamento respecto a la observancia del sábado, y como la primera iglesia de Dios se relacionó con el
EL ORIGEN DEL SABADO.
El sábado, séptimo día de la semana, es parte del genio creativo de Dios. Sus actos creativos están descritos en Génesis 1, desde la creación de la luz en el día primero, hasta el último día que fue cuando creó a nuestros padres Adán y Eva, en el sexto día. Génesis 2: 1,3 describe el origen de nuestra semana de siete días, y cómo Dios estableció el sábado, séptimo día: “fueron, pues, acabados los cielos y la tierra y todo el ejercito de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó, porque en el reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Este texto nos habla de dos hechos importantes: primero, la semana de siete días que todavía observamos, y rige a toda la humanidad desde el principio de la creación hasta el presente tiempo. La semana de siete días no ha sido cambiada a través de los siglos. Está es una medida de tiempo de mucha importancia para el mundo entero, independientemente de la religión que profese.
Segundo: Dios dio un trato preferencial al séptimo día de la semana diferente a los seis días anteriores. En los días del primero al sexto, Dios se empeñó en su obra creativa del vasto orden (Gen 2: 1) de todas las cosas. En contraste con esto, acabó Dios en el séptimo día la obra que hizo; y reposó en el séptimo día de toda la obra que hizo. (Gen.2: 2).
Este es el origen del día sábado. Dios instituyó por medio de su propio ejemplo de haberlo reposado después de una semana de trabajo de la creación. El sábado no fue creado para la humanidad sólo como remedio contra el agotamiento. El primer día completo de la vida de Adán y Eva fue el primer sábado. Ellos tuvieron la oportunidad de unirse a su Dios creador antes que iniciaran su trabajo como pareja.
Esto concuerda con el concepto expresado en Levítico 23: 3, que el sábado no fue sólo para el descanso sino para una santa convocación. El sábado es también conocido en Isaías 58: 13, como tiempo de delicias y para pensar en cosas espirituales.
Las palabras de Jesús verifican esta enseñanza. El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado. (Marcos 2: 27).
En otras palabras, el sábado fue un regalo bendito de Dios para la humanidad, no sólo para llenar la necesidad de descanso sino que proviene del amor y bondad de Dios para proporcionar una oportunidad de compañerismo entre EL y los hombres.
EL SEPTIMO DÍA ES DIFERENTE….
El séptimo día de la semana difiere significativamente de los otros seis días. Primero, el sábado en el registro de la creación está específicamente identificado como el séptimo día de la semana.
Sin tener una señal bíblica, uno puede escoger cualquier otro día de la semana como reposo, pero el único día de reposo instituido por Dios es el sábado, séptimo día de la semana. La Sagrada Escritura nunca se refiere a otro día de la semana como el sábado semanal. Este punto es repetido en el cuarto mandamiento, el séptimo día es REPOSO PARA JEHOVÀ TU DIOS.
Segundo. El mandamiento no dice que un día entre los siete debe ser sábado para Dios. El séptimo día es el único día de la semana que posee esa designación. Esta identificación específica no da lugar al argumento familiar de “un da entre los siete” el cual nos permite escoger el día de reposo que a nosotros nos convenga o nos parezca
Dios hizo con el séptimo día de la semana tres cosas muy importantes:
1.- Dios reposó de su obra creadora (Génesis 2: 2) la palabra sábado (Sabbat en Hebreo) significa cesar o desistir, indicando originalmente que es un tiempo de cesación de trabajo. Dios no hizo del sábado un día de diversión, día de campo, deportes etc. Dios reposó con el propósito para que todo hombre lo hiciera al igual que su creador (Hebreos 4: 10.)
Este significado está claramente ejemplificado en el origen y continuación del sábado semanal: Y Acabó Dios en el séptimo día la obra que hizo; y reposo en el día séptimo (v 2) Éxodo 20: 10 agrega: más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en el obra alguna. Seis días trabajarás, y el séptimo día reposaras (Éxodo 23: 12).
Al haber hecho bendito al sábado, Dios lo hizo objeto de su especial favor. Por lo que dice el registro de la creación, en Génesis 1. Dios vio que todo lo que había creado “era bueno” pero ninguna bendición, fue pronunciada al final de cada uno de los seis días de la semana.
En el versículo 22 Dios bendijo a las creaturas vivientes y en el 28 bendijo a la humanidad que había creado a su propia imagen. Cada bendición denota cómo es que fueron benditos:” fructificad y multiplicaos en numero”. De ese modo, la bendición de Dios sobre toda las creaturas vivientes fue para su reproducción futura, para su prosperidad y para que les fuera bien. Estas bendiciones fueron esenciales para su perpetuidad. Asimismo, las bendiciones de Dios para el séptimo día fueron para perpetuarlo.
3. Dios santificó el séptimo día. El lo santificó, o lo apartó de los demás días. Este acto debe ser visto como teniendo dos resultados importantes. Primero hace al séptimo día de la semana distinto a cualquier otro día. ¡Solo el séptimo día de la semana es Santo! Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó (Ex 20: 11). Algunos reclaman que todos los días son santos para el Señor, pero ese concepto es contradictorio. La idea básica de algo que es Santo o Santificado es que está “colocado aparte” de otros de su misma clase. Si todos los días de la semana fueran santificados, entonces habría que preguntarnos ¿apartados de que? El resultado es que ningún día es especial, porque ningún otro día a sido apartado.
Nosotros podemos pensar en que todos los días son iguales, pero Dios no piensa así, EL dice:
Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día Santo y lo llamares delicia, Santo, glorioso de Jehová; y lo venerareis, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová tu Dios. (Isaías 58: 13, 14).
Dios no llamó mi día santo a ningún otro día de la semana. Sólo el séptimo día de la semana ocupa un lugar Santo en la mente de Dios que ningún otro día puede reclamar, debido a que El lo santificó o sea, lo apartó de los otros días. Nosotros no podemos anular el que Dios haya Santificado el séptimo día de la semana, argumentando que todos los día son iguales como se supone que Pablo escribiera a los Romanos 14: 5, unos hacen diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. ¿Convencidos en su propia mente de que? ¿Significa esto que cada persona puede hacer cualquier cosa porque la considera correcta a su propia opinión? ¡Desde luego que no!
Segundo, siendo santificado, o puesto aparte, describe la naturaleza del sábado más allá del simple hecho de cesar las labores para descansar. El sábado también tiene un propósito religioso, ¡Es un día Santo! Los diez mandamientos exige la observancia del sábado declarando que es para el Señor Dios:
Seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios…por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó (Ex 20: 9, 10, 11). El séptimo día de la semana es el día de Dios. El nos dio seis días para nuestro propio trabajo y quehaceres, pero consagró el séptimo día para El; el sábado le pertenece a Dios. El concepto de que el sábado fue dado al hombre como día de descanso y de consagración a Dios se encuentra en el mandamiento en sí: Acuérdate del día de reposo para santificarlo (Ex 20: 8). Seis días trabajarás; más el séptimo día será de reposo, santa convocación, ningún trabajo haréis, día de reposo es de Jehová (Lev. 23: 3).
La instrucción es que el sábado debe ser día dedicado a la adoración corporal a Dios. Dios no solo lo santificó, sino que nos manda que lo santifiquemos. El cuarto mandamiento apoya que se haga eso en sábado porque nos recuerda que la santificación de nosotros para el día de descanso y adoración, honra al Dios de la creación. “acuérdate del día de reposo para santificarlo… porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Por lo tanto, el Señor, como creador y dador de la vida, es honrado por nuestro descanso y adoración en sábado.
El sábado solamente puede ser guardado propiamente cuando viene a ser un día de delicia, Santo, de descanso físico, y de adoración a Dios. (Isaías 58: 13, 14).
El sábado, séptimo día de la semana claramente tiene su inicio en la creación del universo. Su origen y santificion se encuentra en el acto mismo de Dios al reposarlo después de haber hecho toda la obra, cuando lo bendijo y lo declaró Santo.
LA NATURALEZA UNIVERSAL DEL SABADO.
Dentro de las Escrituras se encuentra todo un cuerpo de evidencias que declaran la naturaleza universal del sábado y su observancia. El propósito de algunos al referirse al sábado como el “sábado de los judíos.” Es solo para cubrir su universalidad, limitando su aplicación únicamente a pocas personas, y para desacreditarlo, declarando que el sábado no es para que hoy sea observado por los cristianos. Las escrituras presenta la observancia del sábado en su contexto original tanto en el antiguo testamento como en el nuevo. El sábado nunca es presentado en las Escrituras como institución judía. Ambos testamentos lo presentan como día de reposo universal.
Muchos cristianos abogan por la observancia de los diez mandamientos, pero son amigos de nueve de ellos pero enemigos del cuarto que es la observancia del sábado como día de reposo, ya hemos leído que el mandamiento dice, que son para el hombre seis días de trabajo más el séptimo es para Jehová Dios. Y transfieren los principios de la observancia del sábado al primer día de la semana “domingo”
Los diez mandamientos que son leyes morales fueron conocidos y guardados por la gente de los pueblos de Israel antes de darse el decálogo en el monte del Sinaí.
Los diez mandamientos, seis fueron ligados a la conciencia del hombre: el asesinato, el adulterio, el robo, el falso testimonio, honrar a los padres, la codicia, y cuatro son para honrar a Dios: no tener dioses, no postrarse ante ellos, no tomar el nombre de Dios en vano, y santificar el sábado para el Señor. (EX. 20: 1- 17). Esto testifica del hecho que, mientras el mundo en los días de Israel, había caído en idolatría, había conocimiento de la justicia de Dios. Esto testifica de la naturaleza universal y eterna de los diez mandamientos, incluyendo el sábado.
El propósito en sí, citado en el cuarto mandamiento habla de la naturaleza universal de la observancia del sábado, como memorial de la creación del universo es una verdad universal, no simplemente una verdad judía.
Este mandamiento estableció un tiempo específico para que la humanidad siguiera el ejemplo de Dios en el séptimo día de la semana, el sábado entonces es para que hagamos pausa a nuestras labores, y honremos a nuestro Dios. En la observancia del sábado reconocemos a nuestro Creador. Esta preciosa verdad se ha perdido en el mundo cristiano y en los no lectoras de las Escrituras.
Así el sábado ha sido observado fielmente en el tiempo de los patriarcas, de los profetas, y en la Gracia por la iglesia de Dios, por lo que no hay excusa para el mundo y para el cristianismo y que puedan decir que no conocieron la voluntad del creador respecto a su día Santo. Por otra parte, a través de todo el cristianismo, Dios nunca es tenido como Creador, particularmente porque el cristianismo ha apartado de la creación el memorial, el Santo Sábado de Dios.
El sábado el cual tiene su origen en la creación, y que fue incluido en el decálogo fue conocido y observado por hombres y mujeres piadosos antes que Dios diera los diez Mandamientos en el Sinaí. Puesto que otros preceptos fueron conocidos y observados más allá de las fronteras. El sábado también fue observado por gentes de otras nociones antiguas.
GUARDADORES DEL SABADO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Jesús fue un ejemplo, jamás El pensó en cancelar el sábado. Lucas escribe que en los sábados entraba en la sinagoga, conforme a su costumbre, y que se levantó a leer (Lucas 4: 16.) y en el capitulo 13: 10. Dice que Jesús enseñaba en la sinagoga en el día del sábado. Es importante señalar que Jesús guardaba el sábado antes y después de ser bautizado, porque como él mismo dijo: no penséis que viene para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar, sino para cumplir (Mat. 5: 17).
El versículo 16 que anteriormente citamos dice: vino a Nazaret, donde se había creado, y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año a agradable del Señor. Hoy se ha cumplido esta palabra delante de vosotros.
¡Que declaración! La vida y ministerio de Jesucristo, encuentran su cumplimiento en la libertad y en desatarnos de nuestra experiencia de culpabilidad, del pecado sus consecuencias sólo por tener fe en El. Desde entonces, la invitación de Jesús es “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar”( Mat: 11: 28.)
La observancia del sábado de parte de Jesús reforza la practica de esa observancia de parte de la iglesia de Dios del nuevo testamento. La iglesia de Dios pone gran importancia al ejemplo e instrucción de Jesús establecida en el nuevo testamento. Por ejemplo, cuando Jesús fue al rio Jordán para ser bautizado, fue para cumplir toda justicia (Mat. 3: 15).
La mayoría de cristianos concuerdan que el ejemplo del bautismo de Jesús y sus instrucciones de ir por el mundo para hacer discípulos, bautizándolos en su nombre para perdón de pecados, claramente instituye la doctrina y practica del bautismo en agua dentro de la iglesia Cristiana.
De la misma manera, la iglesia Cristiana considera, acepta y practica la cena del Señor como una de las ordenanzas más sagradas. Jesús introdujo su bendito memorial antes de ser crucificado. La Cena del Señor ha sido perpetuada por la iglesia a través de las edades como un memorial de su muerte. Sus instrucciones antes de ser crucificado, relacionadas con el divorcio, a amar al enemigo y a devolver bien por mal, son consideradas válidas para nuestros tiempos.
Asimismo, la iglesia necesita considerar seriamente que Jesús, por medio de sus propias prácticas e instrucciones previas a su muerte, dio el ejemplo que debe ser continuado por sus seguidores. El ejemplo de Jesús y sus enseñanzas relacionadas a la observancia del sábado deben tener el mismo peso que tienen el bautismo, la cena del Señor, la oración, la adoración, y la obediencia de la palabra de Dios. Jesús nos dio un ejemplo claro de la adoración al haber reposado en sábado ¡ esa era su costumbre! .
Adicionalmente, Jesús nos dio algunas instrucciones claras de cómo los cristianos están relacionados con el sábado. Estas instrucciones habrían sido de poco valor o consecuencias si Él hubiera descontinuado el sábado después de su muerte y resurrección.
El sábado es el regalo de Dios al hombre: El sábado fuè hecho por causa del hombre, no el hombre a causa del sábado (Mar.2: 27). Esto simplemente significa que Dios a otorgado su bendición al hombre al haberle proporcionado un tiempo de descanso para experimentar renovación espiritual a través de la adoración.
Jesús afirmó que: es lícito hacer bien en el día de reposo (Mat. 12: 12). Él enseñó este principio de observancia del sábado como respuesta a aquellos que le acusaban de actividades ilícitas debido a que sanaba en sábado. Ellos frecuentemente le acusaban de no mostrar respeto al sábado y quebrantarlo con frecuencia (Juan 5: 18).
¿Pecó alguna vez Jesús violando el espíritu y mérito del sábado? ¡Claro que no! Si Jesús hubiera violado el mandamiento del sábado, habría venido a ser un pecador. Todo aquel que comete pecado, infringe la ley; pues el pecado es infracción de la ley (1 de Juan 3: 4). Las Escrituras testifican que Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (He 4: 15).
Jesús fue acusado por los fariseos de transgredir el sábado por sanar enfermos. ¿Que parte de la ley se viola por hacer misericordia en sábado? La tradición de los rabinos prohibía hacer misericordia en sábado, pero la Santa ley de Dios no.
La actitud de estos fariseos se puede ver en Lucas 13: 14. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.
Jesús no quebrantó el sábado, por su ejemplo de hacer bien, El manifestaba estar libre de los abusos restrictivos de la tradición judía, más bien, lo restituyó a su intención original y a su propósito justo. (Isaías 58: 13).
Finalmente, Jesús declaró derecho de propiedad sobre el sábado “por tanto, el Hijo del Hombre es señor aun del sábado” (Marcos 2: 28).
Esta es una declaración importante, por dos razones: Jesús conocía desde la creación cómo se estableció la observancia del sábado. Él lo hizo, porque por El fueron creadas todas las cosas (Colosenses 1: 16). Cuando Jesús sanó, cuando El asistió a la sinagoga, cuando predicó y enseñó en sábado, sus acciones reflejaban el modo cómo el sábado debe ser observado por los cristianos. Él dijo: ejemplo os he dado (Juan 13: 15.).
El señorío de Jesús sobre el sábado, el ejemplo de su observancia, y su pronunciamiento se relacionaron al propósito de apoyar la santificación del sábado en la era Cristiana. Al poner en practica su señorío sobre el sábado, Jesús denunció la hipocresía con la cual los judíos de su tiempo lo guardaban (Lucas 13: 14-16). Él nunca devaluó el sábado pues es bendición para el hombre. Con su señorío ensalzó el Santo sábado.
“EL SABADO Y LA IGLESIA APOSTOLICA”.
Siguiendo las instrucciones bíblicas respecto a la observancia del sábado, la iglesia del nuevo testamento nos dejó un poderoso precedente. El libro de los hechos de los apóstoles nos reporta que los hermanos creyente en Cristo Jesús, continuaron reuniéndose en sábado para la adoración y enseñanza y lectura de la palabra de Dios (Hechos 13: 14).
Aquí se cumplió lo dicho por el profeta Isaías que los gentiles que guardaren el sábado serian bienaventurados Isaías 56: 7-8, y a los extranjeros que se unan al Señor para servirlo, para amar su nombre, ser sus siervos, a todos los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantengan firme en mi pacto.
Yo los llevaré a mi Santo monte, y los recrearé en mi casa de oración, porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.
La adoración en sábado en la sinagoga se menciona cuatro veces Hechos 13. Tres de esas referencias declaran que tanto judíos como gentiles estaban presentes. En el versículo 14, Pablo y sus compañeros fueron a la sinagoga en Antioquía de pisidia, y él predicó de Cristo a los “varones judíos y a los que temían a Dios, es decir gentiles.
Estos oyentes de la palabra de Dios al igual que Jesucristo tenían por costumbre reunirse en sábado para la adoración, durante la cual la palabra de los profetas y la Ley era leído (v. 27) aquellos que se hicieron cristianos continuaron unidos en las actividades de la sinagoga hasta que fueron rechazados por las autoridades de la sinagoga.
Los versículos 42 al 44 nos informan que el apóstol Pablo y Bernabé, al salir de la sinagoga, fueron invitados por la gente a que el sábado siguiente les hablasen de esas mismas cosas…” al siguiente sábado se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios”.
En Hechos 16: 13- 15. Registra una reunión en sábado, cuando Lidia una mujer gentil se convirtió.
La costumbre de Pablo el apóstol era ir a la sinagoga en día sábado sin importar a donde viajara. Hechos 17: 1-4. Relata que él asistió a los servicios en una sinagoga en Tesalónica por tres sábados, y que su predicación dio como resultado que algunos judíos “creyeron y se juntaron con Pablo y con Silas; y los Griegos piadosos gran numero, mujeres nobles no pocas.”
La iglesia de Dios que estaba en Corinto era eminentemente gentil. Y cuando Pablo asistió a esta iglesia trató de persuadir a judíos y a gentiles de que Jesús es el Cristo. Y que estuvo con ellos por el tiempo de año y medio predicándoles la Palabra de Dios (Hechos 18: 4-8).
Estos registros declaran que Pablo, hizo del sábado su principal día de reunión, de adoración y de predicación. Y no cabe duda que el evangelismo lo hiciera en los días restantes de la semana.
No hay registro que la primitiva iglesia de Dios, haya honrado otro día haciendo reuniones de adoración como lo hizo en los sábados. Tampoco existen instrucciones bíblicas para honrar cualquier otro día como el sábado en el nuevo Testamento. El registro bíblico muestra continuidad en la observancia del sábado y reuniones regulares de la iglesia después de la resurrecion de Jesucristo.
Pocas son las doctrinas y practicas tan bien documentadas como lo es la del sábado. Su modo de ser observado, y su propósito. Contrario a la mayoría de cristianos modernos. El mismo ejemplo de Jesús de la observancia del sábado y de enseñanza relacionadas a él, tuvieron el propósito de fortalecerle y preservarle para la era Cristiana.
Si el sábado no hubiera sido de importancia para Jesús, El no hubiera levantado tanta enemistad en contra suyo al corregir la costumbre común, y de practicas erróneas en su observancia por parte de los fariseos. Sus acciones nunca tuvieron el propósito de revocar el sábado, sino de darle la propia perspectiva para su observancia.
Cuando la iglesia de Dios de estos tiempos se reúne para adorar al Dios de Israel, para cantarle himnos de alabanza, a orarle y estudiar su palabra, estamos recordando que el es nuestro Dios, y nosotros su pueblo (Ezequiel 20: 20.) es una señal entre Dios y nosotros.
Por lo tanto cada sábado que nos reunimos, nos proporciona una oportunidad de reflexionar sobre la obra redentora de Dios en nuestras vidas y de mantener la comunión con nuestro Dios y salvador Jesucristo.
CONCLUSIÓN.
¿Deben los cristianos guardar el sábado, séptimo día de la semana en esta época de la Gracia? Ya hemos visto que hay elementos consistentes y evidencia suficientes en las Sagradas Escrituras que apoya la observancia del sábado como día de reposo tanto en el antiguo testamento como en el nuevo.
Hemos señalado el significado de su observancia. Y que en ninguna parte de las Escrituras hay evidencia de que Dios en algún tiempo cambió el Santo Sábado por otro día de la semana.
Las Sagradas escrituras no tiene instrucciones o ejemplos para la adoración a Dios que no sea en sábado, el sábado es santo para el Señor (Isaías 58: 13).
Nuestro deseo es que Ud. Como persona deseosa de conocer la verdad de las cosas Santas, analice este estudio cuidadosamente, y no dude en Dios ni en Jesucristo, ni en las Santas Escrituras respecto al día Santo de Jehová.
Que la gracia de Dios Padre, y del Señor Jesucristo sea con todos. Amen.

 

IGLESIA DE DIOS.
Gamaliel Estrada
Predicando y Evangelizando desde Guatelinda

 

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EL SABADO         

Principiaremos por hacer preguntas, que se hacen cientos de personas en la esfera cristiana. ¿Cuál es el día de reposo?, ¿Sábado o domingo?, o ¿ya no hay día de reposo?. Para dar respuesta a éstas preguntas no hay nada mejor que consultar el único volumen revelado, la Sagrada Escritura.

EL ORIGEN DEL SABADO

Primeramente debemos entender cuál fue su origen. Para ello leeremos en Génesis 2:2-3 “…Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo y santifícalo porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho…”. Por estos versículos entendemos que el estado primario del sábado fue el séptimo día. En el capítulo primero de Génesis se menciona a los días de la semana simplemente por número, primer día, segundo día, tercer día, etc.

Durante seis días el Creador hizo todas las cosas, seis días de 24 horas como se da a entender en Exodo 20:11, y el séptimo día también de 24 horas, el Creador cesó. Ese día en que el Creador cesó fue el séptimo día e hizo con él lo que no hizo con ningún otro día de la semana LO BENDIJO Y LO SANTIFICO. ¿Por qué razón hizo esto con el séptimo día…?. Volvamos a leer Génesis 2:3 “…Y bendijo Dios al séptimo día y santifícalo, porque en él reposó de toda su obra que Dios había criado y hecho…”. Porque fue el día en que cesó o reposó de toda su creación, de manera que coronó esa MARAVILLOSA CREACION con la santificación y bendición del séptimo día.

Quiere decir que el séptimo día Jehová Dios contempló esa creación completa, su obra estaba terminada, fue por decirlo así el día de la contemplación. El sexto día fue un día de mucha actividad en la creación de Dios, porque en ese día crió primeramente a las bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. En el quinto día había criado a los animales marinos, pero ahora el sexto creó a los animales terrestres según su género y especie. Puede leerse Génesis 1:21-25. Pero su última obra en el sexto día, que fue la obra cumbre, fue la creación de Adán y Eva, de los únicos seres que fueron hechos a su imagen y semejanza, es decir conforme a su inteligencia y a su sentimiento. Génesis 1:26 al 31. Concluida su labor en ese sexto día, todo estaba listo, ahora el Creador Jehová Dios recibiría alabanza de todo lo criado. ¿Cuándo fue que todo lo creado le rindió la primera alabanza?, fue precisamente el séptimo día.

No había nada deforme, todo estaba terminado, los seres racionales en el paraíso, concibiendo ya en su mente los primeros pensamientos humanos en este planeta, esos pensamientos fueron para su Dios, para gloria del Creador y fue precisamente en el séptimo día. El mismo Dios calificó al séptimo día como un día especial, diferente a los demás, por cuanto en él cesó, descansó, en ese día estaba presentándose como el ARQUITECTO DIVINO delante del cosmos, era por decirlo así la presentación del Creador con lo creado. Bien hizo en calificarlo como un día de bendición y santificación.

¿Qué quiere decir SANTIFICARLO?, ¿Qué le pasó al séptimo día cuando Dios lo santificó?. La palabra hebrea es CODECH y se traduce santificar, consagrar, dedicar, separar o apartar. En griego es Hagios que quiere decir santo, santificar. Ambos términos originalmente significan APARTAR PARA DIOS. En resumen podemos decir que cuando Dios santificó al séptimo día LO APARTO PARA SÍ, lo separó de los demás días, no fue simplemente un día más de la semana, sino más bien fue el día apartado, porque en él descansó o cesó el Creador. Hemos dicho que se puede buscar en el libro de Génesis y en toda la Escritura y no se encontrará que otro día de la semana haya sido apartado.

Las personas que dicen que es el domingo o sea el primer día de la semana el día de reposo tratan de poner su base en que Cristo nuestro Bendito Salvador resucitó en ese día y que por lo tanto ahora ese es el día de guardar. Tal argumento no tiene ninguna base en la Palabra de Dios, ya que Jesús no resucitó en domingo. Esto lo veremos en otro estudio. Además en ningún versículo se encuentra tal aseveración. Puede buscar desde Génesis hasta Apocalipsis y no encontrará un versículo en el cual se diga que por haber resucitado Cristo en domingo, este es el día de reposo. De manera que una vez más afirmamos que en la Sagrada Escritura no se encuentra ningún otro día que haya sido SANTIFICADO, es decir APARATADO O SEPARADO.

A más de esto el séptimo día recibió otra virtud más. , LA BENDICION, así leemos en Génesis 2:3 “…Y bendijo Dios al día séptimo…”. Dos cosas hacen resaltar al séptimo día de los demás días, LA BENDICION Y LA SANTIFICACION. Insistimos en que puede buscar en toda la Escritura y no encontrará un solo versículo que diga: “…Y bendijo Dios al primer día o al domingo”. Si no existe el versículo tal y como ahora se trata de enaltecer el día domingo como el día de reposo y llamarle el día del Señor, fácilmente se deduce que no diciéndolo la Palabra de Dios es doctrina humana y no divina.

Desde el principio del género humano, ha quedado el séptimo día o sábado como un monumento que recuerda la creación hecha por el eterno. De manera que a través de los milenios, el sábado ha sido un recuerdo para los hijos de Dios de la obra realizada por la INTELIGENCIA SUPREMA.

El culto continuo del día sábado enaltece al CREADOR, hace reconocer al pueblo que una mano poderosa nos ha formado como lo reconocía el salmista en el Salmo 100:3 “…Reconoced que Jehová Él es Dios; Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos…”. El Pueblo de Dios a través de los siglos siempre ha reconocido la mano poderosa e invisible como decía el Salmista en el Salmo 8:3 “…Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste…”.

De manera que el sábado no es propiamente un medio de salvación o condenación, más bien es el lapso de tiempo que Dios ha apartado para que en él su pueblo le rinda culto, y le reconozca como su CREADOR, como el sustentador de todas las cosas. Como la fuente de la vida, como EL CAUSA SER, COMO EL UNICO Y VERDADERO DIOS, como lo identifica su verdadero nombre en hebreo que es un tetragrámaton, cuyo significado es el que ES POR EXCELENCIA, EL QUE HA SIDO Y SERA PARA SIEMPRE INMUTABLE.

Cristo está con su iglesia todos los días, porque así lo prometió como dice en Mateo 28:20 “…Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…”. Esta es la promesa de la gracia, tener la inigualable presencia del Hijo de Dios en nuestro corazón, todos los días porque el efecto de su obra no hace distinción de días. Esa obra fue espiritual para el bien del hombre de una manera completa y radical por medio de la cual conseguimos la perfecta comunión con Cristo y el Padre.

Pero ésta obra no le restó en ninguna manera la santificación y bendición al séptimo día el cual el mismo Dios lo estableció como un día apartado para honrarle en el como al Creador, como el sustentador de todas las cosas. Que Cristo no anuló el sábado como día de reposo es muy claro entenderlo en las palabras que él mismo dijo: “…Así que el Hijo del hombre es Señor aún del Sábado…” Marcos 2:28. Este adverbio de tiempo AUN significa que sigue siendo el Señor del séptimo día.

Hemos visto que es irrefutable el argumento que su principio fue de Dios. Esto viene a disipar la idea que el sábado es Mosaico o Judaico. No estuvo en la mente de Moisés, el líder de los israelitas, tampoco en la mente de Aarón, primer Sumo Pontífice de los hebreos. Esto fue contemplado dentro del plan de salvación, dar un día de reposo en beneficio del hombre y para la gloria de Dios.

Es innegable que Dios lo preparó desde Génesis y Dios lo ordenó al pueblo en Exodo, así leemos en Nehemías 9:13-14 “…Y sobre el monde Sinaí descendiste, y hablas con ellos desde el cielo, y dísteles juicios rectos, leyes verdaderas, y estatus y mandamientos nuevos. Y NOTIFICASTELES EL SABADO TUYO SANTO…”. El día de reposo santo que fue señalado desde el principio de la creación por medio del mismo Creador, fue notificado al pueblo cuando este se organizó para rendirle tributo.

Sabemos cronológicamente que el pueblo salió el año 1491 de la tierra de Egipto, de la tierra de esclavitud y una vez que fue organizado el Supremo les notificó el día de REPOSO, REPOSO SANTO.

Jehová Dios dio testimonio de Abraham en ésta forma: “…Por cuánto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes…” Génesis 26:5. Cinco cosas fueron las que Abraham guardó, la voz, el precepto, los mandamientos, sus mandamientos, sus estatutos, y sus leyes. No hay un versículo que diga que dentro de esas cinco cosas estaba el sábado, pero tampoco hay un versículo que lo desmienta. Sin embargo no nos detendremos en conjeturar. Pero lo que sí se puede decir con toda claridad que ya el día de reposo estaba preparado para el bien del hombre, como puede leerse en Marcos 2:27 “…También les dijo: El sábado por causa del hombre fue hecho; no el hombre por causa del sábado…”.

Cabe pensar dentro de la posibilidad que los patriarcas sí reconocían un séptimo día, pues a Noé le vemos contar lapsos de siete días en el Arca. Así leemos en Génesis 8:10-12 “…Y esperó aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del Arca. Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él…”.

No obstante estos versículos, no podemos decir enfáticamente que se refería al día de reposo. Pero tampoco existe otra explicación del por qué el recuento exacto de los siete días, sino la base del ciclo semanal establecido completamente es que cuando el pueblo de Dios se organizó entonces sí les dio el día de reposo. La orden vino de Dios. Y una cosa que debemos hacer notar es la siguientes: Que antes de establecido el pacto levítico, antes que Jehová descendiera en el monte Sinaí, ya el pueblo estaba observando el sábado, así leemos en Exodo 16:26 “…En los seis días lo recogeréis; más el séptimo día es sábado, en el cual no se hallará…”, y agrega el versículo 30 “…Así el pueblo reposó el séptimo día…”.

Jehová veía la importancia de que el pueblo en plan de organización tuviera como día de reposo el apartado desde el principio. Por esto leemos en Exodo 16:29 “…Mirad que Jehová os dio el Sábado…”. Fue uno de los primeros preceptos que el Dios del cielo dio a su pueblo y este mismo mandamiento fue pronunciado por Jehová cuando descendió en el monte Sinaí. “…Acordarte has del día de reposo, para santificarlo; seis días trabajarás y harás toda tu obra; más el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios…” Exodo 20:8-10.

Sabemos muy bien que en esa ocasión en que descendió en el monte Sinaí, dio sus diez mandamientos los cuales fueron escritos en tablas de piedra, así leemos en Deuteronomio 4:13 “…Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y escribiólas en dos tablas de piedra…”. Dentro de esos diez mandamientos estaba el día de reposo, quiere decir que el mismo Jehová reconocía el valor de ese día a favor del pueblo. Como ahora estaban fuera de la esclavitud, ahora sí podría darle la honra que Él merecía, como le explicaron Moisés y Aarón a Faraón, según Exodo 5:1 “…Después entraron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: Jehová, el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto…”. Ahora sí, libres del yugo faraónico podrían rendirle tributo, ahora al Creador, ¿qué día?. No fue el domingo el que señaló el Supremo, fue el séptimo día, el mismo que Él había santificado desde el principio. Notemos entonces que el origen del sábado es completamente de Dios. Ahora trataremos de comprender sus dos propósitos.

El primer propósito es religioso con fines de alabanza al Creador. El segundo es con fines humanistas a favor del hombre mismo. Ambos propósitos se conjugan perfectamente bien en el Plan de Dios, no teniendo ningún estorbo para la salvación del hombre, sino más bien como coadyuvantes para el crecimiento espiritual. Algunas exégesis que no están a favor del sábado explican que el sábado no tuvo un fin religioso, sino simplemente humanista. Pero es todo lo contrario, su primer propósito fue el religioso, es decir para dedicarlo a Jehová, así leemos en los diez mandamientos en Exodo 20:10 “..Más el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios…” en la versión católica leemos así: “…Pero el séptimo es día de descanso para Yahvé tu Dios…”. Notemos la claridad con la que nos habla el versículo, no deja la menor duda que ese día estaba apartado para dedicarlo a Jehová.

En Levítico 23 se ve que estaba incluido dentro de las solemnidades a Jehová, leemos en 23:2-3 “…Habla a los hijos de Israel y diles: Las solemnidades de Jehová, las cuales proclamaréis santas convocaciones, éstas serán mis solemnidades. Seis días se trabajará y el séptimo día sábado de reposo será, convocación santa…” Ninguna obra haréis; sábado es de Jehová en todas vuestras habitaciones…”.

Este capítulo está contemplado dentro de las primeras solemnidades a Jehová, está clasificado como un día de convocación, que es lo mismo que reunión sagrada, como traduce la llamada Biblia de Jerusalem. Ese día se hacía un culto especial que consistía en aquel entonces en ciertos ritos como por ejemplo se ofrecía un holocausto especial que dice en Números 28:9; y también en ese día se cambiaban los panes de la proposición como dice en Levíticos 24:5-8. Es innegable el carácter religioso que tenía el día de reposo, tratar de negarlo sería un absurdo.

Isaías profeta dice muy claramente en qué forma lo llama el Señor Jehová, leemos en Isaías 58:13 “…Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová…”. Notemos como le llama el mismo Dios, GLORIOSO DE JEHOVA, no se podía llamar así si simplemente fuera un día de asueto, quiere decir que el mismo Señor le ponía algo de especial, y era lo que le habia puesto desde el principio de la creacion que fue bendicion y santificacion. Y luego como le llama en Levítico 23:3 convocacion santa o reunion sagrada. Este es el primer propósito del sábado y tiene sólido fundamento en la Palabra de Dios. Si buscamos este mismo argumento para el domingo no encontramos en ninguna parte de la Sagrada Escritura.

Si nosotros somos sinceros debemos aceptar lo que está claro en la Palabra de Dios y no tratar de defender un punto porque sencillamente así nos lo enseñaron desde el principio nuestros padres o en la denominación en la que hemos estado.

Ahora meditemos brevemente sobre el segundo propósito que es el humanista a favor del hombre mismo. Este aspecto lo vemos en Exodo 23:12 “…Seis días harás tus negocios y al séptimo día holgarás, a fin de que descanse tu buey y tu asno y tome refrigerio el hijo de tu sierva y el extranjero…”. Este es un precioso versículo que sin lugar a duda es base fundamental en cierto aspecto del código de trabajo y aún más, de la declaración de los DERECHOS HUMANOS.

Si toda la humanidad leyera a conciencia la Sagrada Escritura no necesitaríamos de constituciones ni de leyes fundamentales, porque toda la esencia del DERECHO HUMANO está fielmente expresada en la Palabra de Dios. Pero como desafortunadamente el hombre es rebelde al llamamiento de Dios, por ésta razón los litigios están a la orden del día. Pues bien, el versículo que acabamos de leer es clarísimo para entender el profundo sentimiento humanista de parte de Dios a través del día de reposo.

No solamente el día de reposo era para el que adoraba, también alcanzaba al extranjero. Todo hijo de Dios está obligado por Dios a dar un día de descanso a su trabajador y en aquel tiempo al esclavo. Sabemos muy bien que la integración social en aquel entonces permitía la esclavitud y Dios no se olvidó de ellos, porque a ellos se les debería conceder libremente descanso, sin molestarles en lo más mínimo, por supuesto sin disminuirles su pan y todo lo que les era menester.

Y algo más vemos en este versículo, aún no existiendo la sociedad protectora de animales, el mismo Creador ya veía a favor de los irracionales, pues el día de descanso se extendía para ellos, como leíamos en el versículo “…a fin que descanse tu buey y tu asno…”. Un Hijo de Dios no necesita de sociedades protectoras de animales porque la ley de Dios le orienta, y le hace conciencia a favor de sus mismos animales que están a su servicio.

Ahora trataremos de entender esto en el nuevo pacto. ¿Será posible que Jesucristo ha venido a cancelar ambos propósitos?, ¿Están estos opuestos a la gracia divina de Jesús?.

El divino Maestro dijo en Mateo 5:17 “…No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir…”. Muchas veces se piensa que Jesucristo vino a despedazar la ley, a borrar toda su significación. Pensar así es un error, porque este mismo versículo y el de Romanos 3:31, nos hacen ver que Jesucristo vino a confirmar la justicia. De manera que en la actual dispensación de la gracia todo lo que está en beneficio de la alabanza a Dios y que está en beneficio del hombre mismo ha sido confirmado.

Por supuesto que muchos ritos, reglamentos y normas que estaban conectados con el culto del santuario y de la tierra de Palestina dejaron de practicarse en su sentido literal y pasaron al plano espiritual. Pero al analizar el sábado, el día de reposo, encontramos que no fue propiamente un precepto conectado con el santuario y la tierra de Israel, pues vemos a los israelitas cumpliéndolo en el desierto del Sinái, muchos años antes de que entraran a la tierra de promisión.

Siendo entonces posible la guarda del sábado en cualquier parte de la tierra que no fuera la Palestina, el sábado fue confirmado como el día del Señor. Así leemos en Marcos 2:27-28 “…El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del Hombre es Señor aún del sábado…”. En este versículo debemos notar el ADVERBIO DE TIEMPO “AUN” que indica TODAVIA… está incluido cuando dice: El hijo del hombre es Señor aún del sábado…”es decir que continúa siéndolo, no ha dejado de ser SEÑOR O DUEÑO DEL SEPTIMO DIA.

Quiere decir que no ha cambiado de día, no antepuso la frase clásica “…MAS YO OS DIGO”. Bien pudo haber dicho “…Oíste que fue dicho guardarás el sábado, MAS YO OS DIGO QUE AHORA SERA EL DOMINGO…”. Más bien cuando lo menciona lo está RATIFICANDO, LO ESTA CONFIRMANDO, no lo está sustituyendo por otro día. Se puede decir con toda seguridad que el día del Señor sigue siendo el séptimo día. La versión católica traduce así: “…De suerte que el hijo del hombre también es Señor del sábado”. Esta forma de traducir está afirmando lo antes explicado. Él, como Señor de ese día puso el ejemplo guardándolo, ocupándolo para el primer propósito que era el religioso, el de alabar a Jehová, así leemos en Lucas 4:16 “…Y vino a Nazareth donde había sido creado; y entró conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga y se levantó a leer…”. Según este versículo era una costumbre del Divino Maestro entrar en el recinto espiritual para leer la Palabra de Dios.

Cristo buscaba las sinagogas en el día sábado. ¿Qué quiere decir sinagoga…?, viene del griego Sinagogué que quiere decir, asamblea o reunión. Quiere decir que Cristo buscaba las asambleas para alabar a Dios, y la forma de hacerlo era leyendo, escudriñando la palabra de Adonai. Esto se confirma en Marcos 1:21 “…Y entraron en Capernaum; y luego los sábados entrando en la sinagoga, enseñaba…”.

Notemos que Cristo fue enseñador de la Palabra de su Padre en el día sábado, Él era disertador, era el gran profeta y el divino Hijo de Dios, el dulce Maestro que en el día sábado dejaba escuchar sus enseñanzas en las sinagogas. Por supuesto que esto no omite todos los demás sermones que daba en cualquier parte y en cualquier tiempo.

Pero aparte de ello, estamos tratando de ver la claridad tan nítida con la cual se comprueba que el sábado en las Escrituras del Nuevo Pacto sigue siendo el mismo día semanal y con el mismo propósito de glorificar el nombre del Todopoderoso.

El sentido humanista no lo perdió el sábado, los fariseos como sabemos habían torcido el recto sentido de los mandamientos de Dios, pero Jesucristo les indicó el humanismo en el día sábado como leemos en Mateo 12:11 “…Y él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le eche mano y la levante?¿…Pues cuánto más vale un hombre que una oveja? Así que, lícito es en los sábados hacer bien”.

Algunos expositores que están en contra del sábado, quieren aplicar el mismo sistema fariseo diciendo que no se puede levantar ni siquiera una basura en el día sábado porque es pecado, que no se puede caminar más de dos kilómetros y que siendo así entonces nadie puede cumplirlo. Pero vemos por la Palabra de Dios que esto no es así. El mismo Cristo está explicando que es LICITO EN SABADO HACER BIEN, cuánto bien se pueda no importando el número de obras que tengan que hacerse. Siendo así el sábado no está en contra de los sentimientos humanos, el sábado no encierra simplemente un sabatismo frío o indiferente.

No olvidemos que el sábado tiene su aspecto religioso y su aspecto humanista. De manera que pudiendo ir al culto en sábado como lo hacía Cristo, bien se hace y se hace bien no asistiendo al culto por hacer un bien al prójimo. Notemos que no está en contra de la doctrina de la gracia, sino más bien a favor de ella misma.

Algunas exégesis que están en contra del sábado, creen encontrar en Colosenses 2:14-16 un fuerte argumento para decir que el sábado ya no está en vigor. Dicen así estos versículos “…Rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz. Y despojando los principados y las potestades, sacolo a la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo. Por tanto nadie os juzgue en comida o en bebida o en parte de día de fiesta o de nueva luna o de sábados. Lo cual es la sombra de lo porvenir; más cuerpo es de Cristo…”.

Es innegable que el apóstol Pablo está aclarando a los Colosenses que ya no están sujetos al mismo sistema que establecía la ley de Moisés que aquí está mencionada como la cédula de los ritos. Muy claramente está exponiendo que ésta cédula de los ritos quedó clavada en la cruz del Calvario, la relación doctrinal del nuevo pacto fácilmente nos hace comprender que se trata de la ley de Moisés.

Por ejemplo en Gálatas 3:24-25 leemos así: “…De manera que la ley nuestro ayo fue para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. Más venida la fe ya no estamos bajo ayo…”. De manera que al venir Cristo ya no estamos bajo ese ayo que fue la ley de Moisés.

No se nos debe hacer juicio como si estuviésemos todavía bajo ese mismo sistema, porque recordemos que actualmente ya no estamos bajo el sistema de la ley sino de la gracia, ya lo hemos leído en Romanos 6:15. Por ejemplo al hablar de la comida, nadie deje juzgarnos con relación a ellos desde el punto de vista de la ley.

¿Qué nos decía la ley a este respecto?, nos dice mucho, pero vamos a sintetizar con base en Levítico 11. En este capítulo se especifica cuales son los animales limpios y cuáles son los inmundos, pero no solamente eso, también se nos habla de otras normas conectadas con este mismo estatuto. Por ejemplo en el versículo 8 “…De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; tendréislos por inmundos”, y agrega el versículo 24 “…Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare a sus cuerpos muertos, será inmundo hasta la tarde…”.

Con relación a éstas normas nadie nos puede juzgar como transgresores aunque toquemos el cuerpo muerto de un cerdo o de un perro, nadie puede decirnos actualmente en la gracia que hemos quedado inmundos hasta la tarde. ¿Por qué razón?, porque actualmente ya no existe el santuario que Dios ordenó levantar delante del cual quedaban inmundos los israelitas, según Levíticos 15:31.
Exactamente lo mismo sucede con el asunto de las bebidas rituales que tenían los israelitas en el antiguo pacto, como las 4 copas de vino en la Pascua, la bebida de los celos, según Números 5, nadie puede juzgarnos con base en la palabra de Dios por no participar de éstas bebidas.

Y así mismo sucede con relación a los días festivos que guardaban los hebreos como era los Azimos, Pentecostés, Cabañas, Día de las Trompetas y Día del Perdón, nadie puede decirnos: están condenados porque no guardan estos días, porque actualmente nadie puede guardarlos como lo establece la ley, porque éstas festividades estaban conectadas con el santuario, con el sacerdocio y con la tierra de Palestina. Y actualmente el cristiano vive fuera de Jerusalem, no cuenta absolutamente con ninguno de estos tres puntos indispensables.

Pues de la misma manera sucede con el sábado, nadie puede juzgarnos porque no lo guardamos conforme lo demandaba la ley de Moisés o sea la cédula de los ritos que fue clavada en la cruz. Esto es muy importante que usted lo comprenda. El sábado en el tiempo levítico fue dado en el desierto, confirmado en el monte Sinaí y escrito tanto en las tablas de piedra, como en el libro. Los israelitas no solamente comprendían la ordenanza del sábado conforme las tablas, sino lo correlacionaban conforme el libro de la ley.

¿Qué dice el libro de la ley?. Lo siguiente: primeramente que nadie saliera de sus estancias, así leemos en Exodo 16:29 “…Mirad que Jehová os dio el sábado, y por eso os da en el sexto día pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su estancia, y nadie salga de su lugar en el séptimo día…”. Por este versículo los judíos interpretaban que no debían salir de sus estancias aún estando en su tierra y de ésta parte surgió la costumbre de caminar solamente una DETERMINADA DISTANCIA, a la cual se le llamaba “Camino de un sábado”, o el “Espacio de un camino sabático”, así leemos en Hechos 1:12 “…Entonces se volvieron a Jerusalem del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalem camino de un sábado”.

Nosotros actualmente ya no estamos bajo este sistema de la ley, de este precepto adherido al sábado, de no salir de nuestra casa. Al divino Maestro le vemos caminando en el día sábado según Lucas 6:1, así mismo a los apóstoles les vemos caminando en ese día, como dice en Hechos 16:13, quiere decir que ellos salían de sus estancias, no permanecían dentro de la casa y ahora ellos salían para hacer la obra de evangelización. Nosotros de la misma manera podemos salir de la casa y no estar encerrados, porque no estamos bajo el sistema de la ley, sino del evangelio.

Y tanto el Divino Maestro como el apóstol Pablo nos instan a que les imitemos. El día sábado no impide a la predicación del evangelio, más bien lo permite mejor pero no estando encerrados en casa. Desde ese punto de vista nadie tiene que juzgarnos por sábado, según lo estipulado en la dispensación de la ley. Conectado al precepto de no salir de la casa, estaba la sentencia, que quién salía era castigado con la pena capital, LA MUERTE; así leemos en Números 15:32 “…Y estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron un hombre que recogía leña en día sábado…”, y dice el versículo 35, “…Y Jehová dijo así a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre, apedréelo con piedras toda la congregación fuera del campo…”.

No se perdonaba al que desobedecía, la sentencia estaba ligada, unida para que pudiera haber obediencia, bien dice el apóstol que la ley produce ira, así leemos en Romanos 4:15 “…Porque la ley obra ira, porque donde no hay ley tampoco hay trasgresión…”. Por ésta razón se le llamaba al ministerio o administración del tiempo levítico, Ministerio de muerte, porque la pena estaba unida al mandamiento, por esto decimos que la ley de Moisés estaba presentada en forma jurídica y en este sentido el cristiano ya no está bajo la ley.

Nadie pues, puede juzgarnos en ese aspecto y decirnos que si llevamos una carga en sábado debemos morir, o que estemos sujetos al juicio según la determinación levítica. Cuando Jesús sanó al paralítico en el estanque de Bethesda, era sábado y después que le curó le dijo así: “…Dísele Jesús: Levántate, toma tu lecho y anda. Y luego aquel hombre fue sano y tomó su lecho, e íbase. Y era sábado aquel día…”.

Para los fariseos aquel acto era penado por la ley, como quien dice que tenía que morir, sin embargo al Maestro le ordenó que cargara su lecho. Esto desde luego era para dar evidencia a la obra que había recibido en pleno sábado, el milagro, que después de 38 años de estar paralítico podía andar por la intervención del Salvador.

Esto significa que toda carga que hoy se puede llevar en sábado con fines de engrandecer la obra de Cristo no está prohibida, porque ahora el cristiano tiene como sagrado deber dar el testimonio de la obra redentora de Cristo, la cual es mayor que el descanso sabático. Los judíos no entendiendo la nueva etapa que estaba iniciando el Maestro, por ésta razón querían matarle, como leemos en Juan 5:16 “…Y por ésta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarle, porque hacía éstas cosas en sábado…”.

El judío quería seguir encerrado en su sabatismo austero, frío, sin la misericordia y la fe, ellos habían puesto su confianza en el lapso de tiempo de 24 horas. Pero aún uno Mayor que el sábado estaba presente, el MISMO SEÑOR DEL SABADO, por lo tanto su obra era más conveniente, porque se trataba de la obra de redención, justificación y santificación.

Los judíos decían que Cristo no era de Dios porque no guardaba el sábado conforme el viejo sistema plagado de sistemas, así leemos en Juan 9:16 “…Entonces unos de los fariseos decían: Este hombre no es de Dios que no guarda el sábado…”, otros en cambio decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer éstas señales…?.

Continuamos analizando Colosenses 2:16, en cuanto a que nadie nos debe juzgar porque no estamos sujetos al mismo sistema de la ley de Moisés. Hemos explicado que los fariseos convertidos al evangelio en su celo de doctores de la ley trataban en todas maneras de hacer que los gentiles se sujetaran a la ley de Moisés, así lo leemos en Hechos 15:5. Estos eran los que juzgaban a las iglesias gentiles, espiándoles la libertad que en Cristo tenemos, como dice en Gálatas 2:4.

No olvidemos que en el antiguo pacto el pueblo de Dios estaba formado exclusivamente por los hebreos, quienes estaban concentrados en la Palestina bajo un gobierno que se dirigía por la constitución establecida por las mismas leyes de Dios. Todos los componentes del pueblo reconocían a un mismo Dios, en cualquier parte del país era una misma religión, etc…, Dios mismo lo había así dispuesto y por ésta razón todas las leyes eran más amplias, con mayores requerimientos. Debemos entender que la ley de Moisés con sus 613 preceptos es amplísima y abarca muchos aspectos, pues hay preceptos civiles, agrícolas, morales, etc… Y el sábado estaba conectado con todo este sistema, en otras palabras podríamos decir que era un sábado para Palestina.

Por ésta razón la ley nos habla de sábados anuales, es decir que la tierra trabajaba seis años y el séptimo descansaba, así leemos en Levítico 25:2-4 “…Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra hará sábado a Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y cogerás sus frutos. Y el séptimo año la tierra tendrá sábado de holganza, sábado a Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña…”.

Así mismo el año del Jubileo, que venía a ser el año sabático, después de siete semanas de años, así leemos en Levítico 25:8-10 “…Y te has de contar, siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás pasar la trompeta de jubilación en el mes séptimo a los diez del mes; el día de la expiación haréis pasar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta…”.

Como puede verse todo esto estaba relacionado con la tierra de la Palestina y la vida agrícola que ellos llevaban; por consiguiente nadie puede juzgarnos y decirnos que debemos guardar esos años sabáticos. No los podemos guardar porque no estamos en Palestina y porque tampoco estamos bajo la ley que nos obligue a hacerlo. Dios por medio de su omnisciencia sabía cuál sería nuestra vida, la de nosotros los gentiles, y por tal razón no nos impondría normas que no podríamos llevar a causa del sistema tan diferente que El mismo ha permitido en la vida gentil.

Los Gálatas fueron sugestionados por algunos fariseos de tal manera que algunos de ellos pretendían guardar también los años, como dice Gálatas 4:10 “…Guardáis los días, y los meses y los tiempos y los años…”. Pablo temía haber trabajado en vano entre los Gálatas quienes querían sujetarse a un sistema que nunca podrían obedecer con apego a la letra. Por ésta razón les dice categóricamente: “…Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído…”. Gálatas 5:4.

Es ésta la razón del por qué en el nuevo pacto no se especifica el sábado con el mismo sistema establecido antiguamente. No se encuentra una lista específica de cómo guardarlo. Simplemente lo presenta como EL DIA DEL SEÑOR.

Y CONFIRMA QUE EL SABADO FUE HECHO A CAUSA DEL HOMBRE…”. Y el apóstol Pablo en Hebreos 4:9 le llama REPOSO “…Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios…”. Otras versiones traducen así este versículo: “…De modo que queda un descanso sabático para el pueblo de Dios…”.

Sabemos que este capítulo viene hablando de tres reposos, el milenial, según el versículo 1, el reposo espiritual en Cristo, según el versículo 3 y el reposo semanal según el versículo 4 y 9. Según el versículo 4 dice así: “…Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día y luego agrega el versículo 10 “…Porque el que ha entrado en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas…”.

Si nosotros reposamos en el séptimo día literal, estamos reposando de nuestras obras materiales, así como Dios reposó de las suyas. Esta es una base fundamental para comprender que en el nuevo pacto está establecido el sábado como día de reposo. Si usted reposa el domingo, no está reposando al igual que Dios, porque Él reposó el séptimo día y usted lo estará haciendo el día siguiente. No hay armonía en ese sentido con lo escrito en la Palabra de Dios.

Ya hemos explicado aunque sea brevemente el sábado, ahora hablaremos algo respecto al domingo. Para nosotros el domingo es lo que la misma Palabra de Dios dice: “El primer día de la semana”. Es el primer día de la creación, cuando Dios crió los cielos, la tierra, el agua y la luz, según Génesis 1:1-5. Y así también se le llama en nueve diferentes citas de la Palabra de Dios en las escrituras del Nuevo Pacto. En ningún versículo se le llama DIA DEL SEÑOR O DIA DE REPOSO, o DIA SANTIFICADO. Los diferentes escritores le llamaron simplemente así: Primer día de la semana, nosotros nos unimos a ellos para llamarle de la misma manera.

Esto por supuesto no es estar en contra del domingo, ya que fue el primer día en que se inició la creación.

Además la Palabra de Dios no se opone a que en ese día también se adore al Eterno. Ya hemos explicado en estudios anteriores que en este tiempo de la gracia nuestra adoración al Padre, por medio de Cristo es cada segundo, cada minuto, cada hora y cada día, y así durante toda nuestra existencia, porque no nos pertenecemos a nosotros, sino que hemos sido comprados con la sangre de Cristo. Pero es muy diferente adorar a Dios en domingo como el simple –primer día de la semana- a llamar a ese día el DIA DEL SEÑOR no habiendo ninguna base para ello.

Cierto que etimológicamente hablando, el vocablo domingo viene del latín –dominicus dies- que significa día del Señor. Pero en los originales de la Palabra de Dios jamás se le llamó así al primer día de la semana. En unas versiones antiguas de Reina Valera que usamos comúnmente en Apocalipsis 1:10 dice así: “Yo fui en el Espíritu en el día del Domingo…”. Pero esa traducción no coincide con los manuscritos más antiguos griegos los cuales usan la palabra griega –KURIOS- que significa SEÑOR, de manera que la traducción correcta de este versículo es: “…Yo fui en el Espíritu en el día del Señor…”.

De manera que en los manuscritos más antiguos no ocurre ni una sola vez la palabra DOMINGO, como queriendo aplicar cierta santidad al primer día de la semana. Los argumentos que actualmente se quieren presentar como base de santificación para el domingo son los siguientes: 1º. Que el domingo conmemora la resurrección de Cristo, y 2º. Porque los discípulos se reunían en ese día.

Primeramente queremos decir que Cristo no resucitó el primer día de la semana, prueba de ello que cuando las mujeres llegaron el domingo el ángel les dijo: “No está aquí porque ha resucitado…”. Algunas visitas se hicieron el domingo pero eso no evidencia que por esa razón él haya resucitado en ese día. Cristo había resucitado en el fin del sábado como lo explica el evangelio de Mateo, capítulo 28, para cumplir así los tres días y las tres noches que tenía que estar en el sepulcro, según El mismo lo había anunciado en Mateo 12:40.

Haciendo un estudio analítico encontramos que Cristo murió a la mitad de la semana, o sea el miércoles y resucitó tres días y tres noches después para finalizar el sábado, para dar cumplimiento a la señal de Jonás. De este punto es necesario hacer un estudio por aparte. De manera que si Cristo no resucitó en domingo, el primer argumento se viene a tierra, este que dice que el DOMINGO CONMEMORA LA RESURRECCION DE CRISTO.

Así mismo el otro argumento que se esgrime que el domingo es el día de reposo porque los discípulos se reunían en ese día al principio de la Iglesia. Este caso lo veremos más adelante. Por lo pronto es necesario entender cuál es el verdadero origen del domingo como día de reposo. La raíz está en el paganismo, el tronco en el catolicismo y las ramas en el protestantismo. Primeramente fue el paganismo, el imperio romano pagano fue el primero que santificó el domingo que en ese tiempo se le llamaba “DIA DEL SOL”.

Fu el emperador Constantino en el año 321 de nuestra era quién proclamó la primera ley de la observancia dominical, para probarlo citaremos tres enciclopedias como una prueba histórica. Primeramente la enciclopedia Británica en el artículo Domingo dice así: “…El reconocimiento primitivo de la observancia del domingo como un deber legal, fue una promulgación de CONSTANTINO EN 321 D.C., ordenando que todas las cortes de justicia, habitantes de todos los pueblos, talleres y fábricas, suspendieran sus labores en el día domingo (el día venerable dedicado al sol a excepción de los agricultores…”.

Ahora citaremos la enciclopedia Americana “Constantino el Grande”, hizo una ley para todo su imperio (en 321) que el domingo fuera observado como día de reposo en todas las ciudades y provincias; pero permitió que la clase campesina trabajara ese día…” Enc. Americana, Artículo Sábado. La tercera enciclopedia que podemos citar es la JUDAICA CASTELLANA, tomo 9, página 386, en su artículo SABADO, dice así solamente la parte que nos interesa “…Constantino proclamó la primera ley de la observancia dominal el año 321, después de Cristo…”.

Como puede verse por ésta otra autoridad histórica, se comprueba que el domingo como día de reposo emanó del paganismo, por ésta razón decíamos que su raíz ES EL PAGANISMO. Todo lo contrario del día Sábado cuya raíz es de Dios, desde el principio de la creación, de esto no hay ninguna duda. Decíamos que el tronco es el catolicismo romano y esto es muy fácil de comprobarlo. Sabe usted quién fue el primer grupo que aceptó del paganismo al domingo como día de reposo…?. Fue nada menos que la iglesia católica Romana.

Consultemos nuevamente la enciclopedia Judaica Castellana, tomo 9 y página 386, en el artículo “SABADO” dice así: La Iglesia sancionó el domingo como su día de descanso en el concilio de Laodicea en 366 después de Cristo…”. Notemos como el romanismo cedió muy fácilmente para aceptar la corriente pagana, y no solamente del día domingo, sino de todas sus festividades como el nacimiento del dios sol, transferido ahora a la Navidad el 25 de diciembre, el carnaval, etc…

Antes de convertir al mundo pagano la iglesia romana se convirtió al paganismo en muchos de sus aspectos, siendo uno de ellos el día de descanso. Y como esto fue en el año 366 por ésta razón en la actualidad está muy extendido especialmente en los países predominantemente católicos. Muchas personas quizá se preguntarán, ¿bueno, pero si no lo ha ordenado Dios, por qué razón está tan extendido en todo el mundo…?. Esto no es asombroso, ya que todo lo que el mismo mundo ha producido, esto es lo que está más extendido. Lo de Dios es lo menos extendido y menos aceptado por el mundo.

Ahora algo muy importante que usted debe entender, hermano evangélico. Sabe usted qué dice la Iglesia Católica Romana respecto al domingo?, note usted en el siguiente dato cómo ella misma acepta que ella lo ha establecido. El dato que damos enseguida está tomado del Folleto del evangelio católico Número 72, editado en México. Folletos E.V.C. “…si los protestantes se apegaran de verás a la Biblia, reposarían el sábado, que es día que la Biblia impone para descansar, y no el domingo, cuyo día fue impuesto como día de reposo cristiano por la autoridad de la Santa Madre Iglesia Católica y Romana…”.

Notemos que la misma autoridad católica romana está aceptando que ellos mismos lo han establecido para el Romanismo y acepta ellos mismos que el Sábado es el que dice la Palabra de Dios. ¿Cuál es la diferencia entre el catolicismo y el protestantismo en ese sentido?, ninguno, el mismo reposo tienen el uno como el otro. Ambas esferas se han dejado impresionar por la corriente pagana.

Si damos una mirada en general fácilmente notaremos que el domingo está revestido del carácter pagano, porque así como el paganismo en el tiempo de Roma dedicaba ese día para sus juegos, sus diversiones, etc…, así ahora el domingo está inclinado a los sistemas del mundo en todos sus aspectos, viene siendo más bien un día de paseo, de diversión, de entretención, no se siente en él nada de santidad, prueba de ello que muchas iglesias evangélicas en el mismo día domingo celebran sus partidos deportivos.

El máximo dirigente Romano Pío XII dijo así el domingo: “…Desgraciadamente se han desarrollado costumbres destructoras de ésta institución sagrada aún en países cuya población es predominantemente católica, a menudo cuando no se convierte el día del Señor en un día dedicado exclusivamente a diversiones profanas y a deportes, el domingo ha llegado a ser el día del pecado. Diccionario católico de la Sagrada Escritura, versión Juan Straubinger, página 89.

Esta es la experiencia del actual cristianismo que ha elegido al domingo como día de reposo. Semi cultos y más tiempo para diversión y para la entretención.

ACLARACIONES SOBRE EL DOMINGO
En las Escrituras del Nuevo Pacto se menciona varias veces como el primer día de la semana, pero no se le atribuye algo especial. Mucho menos da evidencia que substituya al sábado como día de reposo.

Son nueve los versículos que hablan del domingo; los analizaremos brevemente.

  1. 1ª. Corintios 16:1-2. Este es uno de los textos muy citados para decir que el domingo es día de reposo. Para comprender su significado observemos los siguientes puntos:

  2. No era ofrenda de culto, era una colecta para los pobres de Jerusalem. Romanos 15:26, Gálatas 2:10, 2ª. Corintios 8:1-4.

    2. El versículo no nos habla de una casa de reunión, lo que prueba que no estaban en culto.

    3. Se menciona el primer día por ser el inicio de sus labores y de sus ganancias.

  3. Hechos 20:7-8. Es otra cita favorita por el hecho de mencionar la reunión de los discípulos. Pero esta tampoco prueba que sea el día de reposo. Analice los puntos siguientes:

  4. Este capítulo en sus primeros versículos habla de la visita que Pablo hizo a TROAS, en donde estuvo siete días. (Hechos 20:1-6).

    2. El último día de sus siete era precisamente UN DOMINGO, pues dice el versículo que partirían al día siguiente o sea lunes. (versículo 7).

    3. De manera que es mencionado el domingo por ser el día de despedida y no por ser el día de reposo. Note esta parte del versículo “…Pablo les enseñaba habiendo de partir al día siguiente…”.

    4. El pan que partieron fue el pan común, pues el versículo dice y “GUSTANDO”. Por el discurso tan largo de Pablo, comieron de él hasta la madrugada del día lunes. (Versículo 11).

  5. Juan 20:19. También este versículo es usado para decir que los apóstoles les hacían sus cultos en domingo. Pero en ninguna manera tiene ese sentido.

  6. Estaban reunidos con anterioridad en ese lugar PERO POR MIEDO A LOS JUDIOS y no para hacer cultos (versículo 19).

    2. La puerta estaba cerrada, lo que prueba que no era culto público más bien indicaba temor.

    3. Ese mismo día dos discípulos caminaban a Emmaús, significando con esto que no estaban reposando. (Lucas 24:13).

    4. Tomás tampoco estuvo porque no consideró que fuese día de reposo. (Juan 20:24).

  7. Juan 20:26. Este versículo es citado juntamente con el versículo 19 para tratar de demostrar que se seguían reuniendo los domingos. Considere los puntos siguientes:

  8. Estaban en el mismo lugar secreto y las puertas continuaban cerradas.

    2. Los discípulos permanecían en Jerusalem esperando la potencia de lo alto (Lucas 24:49). De manera que no es de extrañarse que estuviesen reunidos en el mismo lugar.

    3. Las reuniones más tarde fueron continuas hasta recibir el glorioso Espíritu Santo (Hechos 1:13-14).

  9. Mateo 28:1. En este versículo se menciona al primer día de la semana cuando estaba para entrar, pues en el fin del sábado vinieron las mujeres al sepulcro.

  10. Marcos 16:1-2. Está mencionado como el día en que vinieron a visitar el sepulcro, aunque el Señor ya había resucitado.

  11. Marcos 16:9. Habla de la aparición a María Magdalena, pues el verbo resucitar está en tiempo PLUSCUAMPERFECTO que anuncia que una cosa estaba ya hecha cuando otra se hizo. Es decir la resurrección de Cristo estaba ya realizada cuando se le apareció a Magdalena el primer día de la semana.

  12. Lucas 24:1. También es mencionado como día de las visitas.

  13. Juan 20:1. De la misma manera es mencionado como día de visita.

Concluimos diciendo que estos nueve versículos no dan ninguna evidencia que el domingo haya substituido al sábado como día de reposo.

Dios, Bendiga su palabra en vuestros, Corazones.

PAZ

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LA RESURRECCIÓN, ¿EN SÁBADO O EN DOMINGO?

          Mucho se ha predicado y enseñado acercas de la resurrección, asegurando que ocurrió en un día Domingo, ¿Qué hay de verdad sobre ésta fábula? ¿Será verdad que nuestro Salvador resucitó en un día Domingo? De ser así, ¿Estaremos insinuando que Yahshua se contradijo al decir que “estaría tres días y tres noches en el corazón de la tierra?” (Mattithyah [Mateo] 12:40.)

     Para no especular solamente, dejemos que sea la Sagrada Escritura la que nos aclare esta delicada y muy importante interrogación; Porque si el Salvador Yahshua no resucitó después de “tres días y tres noches bajo tierra”, como dijo, entonces, “vana es nuestra predicación, vana también es nuestra fe” (1 Korinthios 15:14.)

 EL CALENDARIO SAGRADO

     Para poder entender claramente esta disertación, es necesario conocer que el calendario de la Sagrada Escritura, es mucho muy diferente al calendario de hechura humana que se usa hoy día; pues los “meses” del hombre son de 28, 29, 30, y hasta de 31 días; también sus años han sido de 10,12 y 13 meses en las diferentes épocas; Esto, por no reconocer el infalible calendario Celestial registrado en el libro Sagrado. Para empezar, el calendario Sagrado mide los días de “tarde a tarde.” Y esto se entiende claramente leyendo en el libro de Génesis 1:2, donde dice: “La tierra estaba desordenada y en tinieblas (a oscuras)”. Y los versos 3 al 4, dicen: “Y el Todopoderoso dijo: Sea la luz. Y vio el Todopoderoso que la luz era buena: Y apartó el Todopoderoso la luz de las tinieblas.”

     Ahora, nótese lo que dice el verso 5: “Y llamó a la luz día, y a las tinieblas llamó noche: Y fue la tarde (tinieblas) y la mañana (luz) un día.” Hasta aquí tenemos un día de 24 horas, divididas entre la porción “noche” y la porción “día”; pues el verso 8, recalca: “Y llamó el Todopoderoso a la expansión cielos: Y fue la tarde (la porción oscura) y la mañana (la porción luz) el día tercero.” Y así sucesivamente hasta completarse los seis días de la creación. Lo que significa en concreto: que al ocultarse el sol termina un día de 24 horas y comienza el siguiente día. Recuerde que estamos hablando de un lugar entre los ríos Tigris y Eufrates, donde se inició la vida del hombre.

LA MEDICIÓN DE LOS MESES Y EL AÑO

     En el capítulo 1:14, se lee lo siguiente: “Y dijo el Todopoderoso: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: Y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años.” Y el verso 16, agrega: “E hizo el Todopoderoso las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor (el sol) para que señorease en el día, y la lumbrera menor (la luna) para que señorease en la noche.”

     Hasta aquí notamos claramente que al sol y a la luna se les asignó “leyes” específicas (aparte de alumbrar la tierra), que tienen que cumplir con precisión: Primeramente al sol, para “medir” los años, marcar las cuatro estaciones del año, y alumbrar durante el día. En cuanto al ciclo lunar, para “medir” los meses de 28 días y seis horas, más minutos (todos iguales), y para alumbrar durante la noche; (véase Salmo 104:19-23 y Yirmeyah [Jeremías] 31:35.)

     Ahora, hagamos una pregunta vital: ¿Cómo reconocer cual es el primer mes del año? En el libro de Éxodos 12:2, se registra lo siguiente: “…Este mes os será principio de los meses; será este para vosotros el primero en los meses del año…”

     Hasta aquí aún estaremos en duda, ¿Cómo puede el creyente identificar ese “primer” mes del año? Muy sencillo, continuando con la lectura de Éxodo 12: Se ordena tomar un cordero, y sacrificarlo el día 14 de ese “mes”, pues los versos siguientes agregan: “…Y lo comeréis apresuradamente: Es la Pascua de Yahweh…” (Éxodo 12:3-11.)

            Y continúa el verso 14, que dice: “Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como solemne a Yahweh… por estatuto perpetuo lo celebraréis.”

     Y esta “celebración” es la única que hasta hoy observan tanto Católicos, protestantes y Judíos, aunque un tanto disparejo. Pero por este sencillo detalle, el creyente actual puede ubicar fácilmente el “primer mes” del año, pues esta “celebración” generalmente ocurre en el día 14 del ciclo lunar que acaece en el mes de Marzo del calendario humano. Y precisamente esta solemnidad de la “Pascua” es un punto clave para resolver el enigma del día de la resurrección, pues identificando el correcto día de la Pascua, se aclara lo otro.

     Así que comenzando de aquí, nótese ahora el registro de Lev. 23:4, que dice: “Estas son las solemnidades de Yahweh, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos.” Y el verso 5, continúa diciendo: “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, Pascua es de Yahweh.” Y continúa el verso 6, que agrega: “Y a los quince días de este mes (primero) es la solemnidad de los ázimos (panes sin levadura) a Yahweh, siete días comeréis ázimos.”  Tómese nota de estos últimos pasajes, porque estos tienen mucho que ver con la respuesta a la interrogación inicial, o sea, sobre el día de la resurrección.

     Continuando con el libro de Lev. 23: en los versos 7 al 10, se dan instrucciones acercas de las “primicias”; Y el verso 11, dice: “El cual mecerá el omer delante de Yahweh, para que seáis aceptos, el siguiente día del Sábado lo mecerá el sacerdote.”

     Hasta aquí, hagamos una pausa para explicar algo muy importante, que muchos lectores de la Escritura ignoran, quizá por falta de información sobre las solemnidades anuales ordenadas en la Sagrada Escritura. El Padre Celestial ordenó siete solemnidades, seis de ellas se les llama “Sábado” o día grande (gran solemnidad), pues tienen la misma solemnidad del Sábado semanal, pues en esos días no se debe obrar, comprar o vender. La Pascua está exenta de esa ley, pues aparte de la ceremonia que acontece después de ocultado el sol del día trece, el resto de la noche y del día “luz”, se puede obrar y prepararse para la gran solemnidad que le precede, la de “los panes sin levadura.” Así que téngase bien presente este detalle de llamar “Sábado” a seis de las solemnidades anuales, cuales ocurren en diferentes días del año.

     Volviendo a la ordenanza de las dos primeras solemnidades, estas se repiten en el libro de Números 28:16-17, donde dice: “Mas en el mes primero, a los catorce del mes será la Pascua a Yahweh. Y a los quince días de este mes, la solemnidad (de los panes sin levadura): Por siete días se comerá ázimos.”

     También en el libro de Yekhezkeyl (Ezequiel) 45:21, dice: “El mes primero, a los catorce días del mes, tendréis la Pascua, y fiesta de siete días: se comerá pan sin levadura.”

     Después de conocer lo anterior, ahora se tiene que comprobar que a las solemnidades se les llama también Sábado; note por ejemplo Lev. 16:31, donde hablando de la solemnidad del “ayuno”, dice: “…Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas,…”. Y Lev. 23:24, hablando de la solemnidad de las “trompetas”, dice: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis Sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.”

      Y en el verso 32, repitiendo la ordenanza del día del “ayuno” (quinta solemnidad del año), dice: “…Sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde: de tarde a tarde holgaréis vuestro Sábado.”

     Con lo anterior se  comprueban dos cosas: Primero, que durante el “ mes primero” hay dos solemnidades: La Pascua para el día catorce, y los “panes sin levadura” para el día quince. Y segunda, que las solemnidades se les llama “Sábado”, sin importar el día que ocurran.

LA SEÑAL PARA EL DÍA DE LA RESURRECCIÓN

     El siguiente paso es conocer lo que Yahshua dio como única “señal” para el día de su resurrección. En el libro de Mattithyah (Mateo) 12:38-39, los escribas y Fariseos, pidieron señal a Yahshua, pues la Escritura dice: “Entonces respondieron algunos de los escribas y de los Fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.”

     A la pregunta anterior, Yahshua respondió: “La generación mala y adulterina demanda señal; mas señal no le será dada, sino la señal de Yownah (Jonás) profeta. Porque como estuvo Yownah en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”

     Ahora, para confirmar el dicho de Yahshua, notemos lo que dice el capítulo 2:1, del libro del profeta Yownah: “…Mas Yahweh había prevenido un gran pez que tragase a Yownah: Y estuvo Yownah en el vientre del pez tres días y tres noches…”. Y ésta fue la única “señal” que Yahshua señaló acerca del día de su resurrección: Que permanecería tres días y tres noches en el corazón de la tierra. Ahora, si aquella señal no se cumplió, ¿Cómo creer en el resto de sus enseñanzas?

LA PASCUA, OBSERVADA POR YAHSHUA

     Por tanto, una vez conociendo lo anterior, téngase presente aquel lapso de tiempo, “tres días y tres noches” (no porciones de días incompletos.)

     Para la época de Yahshua, los Fariseos ya habían perdido la cronología de las solemnidades, pues habían “juntado” la Pascua con el día de los Panes sin levadura (ázimos), en una sola. Pero Yahshua no podía quebrantar la ley original; por tanto, observó la ceremonia de la Pascua en el día y hora precisos ordenado por el mandamiento Celestial.

     Aunque en el libro de Loukas (Lucas), capítulo 22:7, se registra un posible error del traductor extranjero (porque no pudo haber sido error del Evangelista); pues dice el pasaje en cuestión: “Y vino el día de los Panes ázimos, en el cual era necesario matar la Pascua.” Aquí debiera ser invertido el registro, pues como se anotó antes, la Pascua es para el día catorce, y los “panes sin levadura” para el día quince del mes primero.

     Sea como haya sido, la verdad es que el siguiente pasaje registra lo que Yahshua le dijo a Keph (Pedro) y a Yahkhanan (Juan), “Id, aparejadnos la Pascua para que comamos,” (Loukas 22:8.) Los dos Apóstoles, siguiendo las ordenes de Yahshua, “… fueron pues, y hallaron como les había dicho; y aparejaron la Pascua. Y como fue hora, se sentó a la mesa, y con él los Apóstoles.” (Loukas 22:13-14.)

     Nótese cuidadosamente que dice: “Como fue hora”, esto es, ¡Que al ocultarse el sol del día 13 del mes primero, Yahshua puso ejemplo de precisión y verdad, para no seguir las tradiciones impuestas por los Judíos!

     Aquí, es necesario recordar que la Pascua se reduce a la ceremonia de la última cena, o sea, “partir el pan y beber el vino”, seguido por el lavado de los pies. Esta ceremonia se lleva a cabo tan pronto como se oculta el sol del día 13 del primer mes; Pues como ya se explicó antes, los días (en el calendario Hebreo) comienzan y terminan al ocultarse sol.

     Continuando con el registro de Loukas 22:, los versos 15 y 16, registran: “Y les dijo (a los Apóstoles): En gran manera he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca. Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el Reino de Yahweh.” Los versos del 17 al 20 registran los detalles de la ceremonia solemne del partimiento del pan y beber del vaso el vino (símbolos del cuerpo y de la sangre de Yahshua) del nuevo pacto.

     En el Evangelio del Apóstol Yahkhanan (Juan), capítulo 13:1, se repite el error del traductor extranjero, cuando dice: “Antes de la fiesta de la Pascua…” Cuando en verdad ésta ya la estaban observando en ese instante Yahshua con los Apóstoles; lo que lógicamente la Escritura original debió registrar: “…Durante la fiesta de la Pascua…”.

     Pero continuando con el registro de Yahkhanan (Juan) capítulo 13:, y refiriéndose a la ceremonia de la Pascua, los versos 4 y 5, dicen: “…Levantándose de la cena, y quitándose su ropa, y tomando una toalla, se ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido..”

     Y el Evangelio del Apóstol Mattithyah (Mateo) capítulo 26:30, ampliando los detalles de la ceremonia de la Pascua, registró que: “Habiendo cantado el himno (la alabanza) salieron al monte de los olivos.” Y Yahshua, previendo su próximo sacrificio (muerte), les dijo: “Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor y las ovejas serán dispersas, (verso 31.)

     Hasta aquí, se ha comprobado que Yahshua celebró la Pascua con los Apóstoles, justamente a la hora ordenada por el mandamiento. Pero los Judíos ya habían anulado esta solemnidad y la habían rebautizado como el “día de la preparación”, esto es: prepararse para los siete días que duraba la solemnidad de los “Panes sin levadura”, ¡La cual comenzaba justamente al ocultarse el sol del día catorce de aquel primer mes! Así, puesto que la solemnidad de la Pascua se había iniciado al ocultarse el sol del día trece; Yahshua, después de la ceremonia, salió al huerto de los olivos, de donde fue arrestado poco antes de la media noche. Durante el alba fue llevado de un lado a otro para buscar evidencias, y ser juzgado. Al amanecer del día catorce, los sacerdotes lo hallan culpable y se conjuran para pedir al gobernador Romano, la pena de muerte para Yahshua.

DÍA DE LA MUERTE DE YAHSHUA

     Antes de continuar, se hace necesario anotar aquí, que según cálculos matemáticos actuales, concuerdan que el “día catorce” de aquel primer mes del año 33 (Era común), cayó en un día “Miércoles,”  o sea que, al ocultarse el sol del día Martes 13 daba comienzo el día “Miércoles”, hasta la “caída” del sol del amanecer siguiente. Pero otra cosa muy importante, la Sagrada Escritura profetizó que la muerte del “Meshayah” (Mesías) sería a la “mitad de la semana.”

     Sobre esto último, nótese el registro del profeta Danieyl, capítulo 9:25-26, que dice: “Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Yeruwshalem (Jerusalén) hasta el Meshayah (Mesías) Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se tornará a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Meshayah (Mesías), y no por sí: Y el pueblo de un príncipe que ha de venir (Roma), destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamiento.” Y agrega el verso 27, “Y en otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.”

     Nótese dos detalles importantes: “se quitará la vida al Meshayah”; y “a la mitad de la semana hará cesar el continuo sacrificio”. Al decir: “hará cesar el continuo sacrificio”, se entiende que “el sacrificio de corderos y de machos cabríos” quedaría nulo, pues con el sacrificio de Yahshua ya no serían necesarios.

     En el libro de Hebreos, capítulo 7:26-27, hablando de Yahshua y de su muerte, el Apóstol Shaúl (Pablo) dice: “Porque tal pontífice nos convenía: Santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: Porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo.” Y Hebreos 10:10, recalca lo siguiente: “Y por la virtud de aquella voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Yahshua el Meshayah hecha una sola vez”. Léase también Hebreos 9:10-22.

     Volviendo a la profecía del profeta Danieyl podemos entender que la muerte de Yahshua había de ocurrir “a mitad de la semana”. Así, Yahshua celebró la Pascua después de ocultarse el sol el día “Martes” (13 del mes primero.) Después, entendemos que fue arrestado poco antes de la media noche. Durante la madrugada fue llevado de un lugar a otro por los príncipes “Judíos”, buscando un delito para condenarlo a muerte. Por la mañana del día “Miércoles” (catorce del mes primero), como a las “nueve de la mañana”  (hora tercia, las 9:00 A. M., ver Markos 15:25), es presentado delante de Pilato.

     Aquí, es necesario aclarar que los “Judíos” medían las horas independientemente del día y de la noche, o sea: “hora tercia” (las 9:00 A. M.), “hora sexta” (las 12:00 del medio día), “hora nona” (las 3:00 P. M.), etc. Una vez entendido esto, volvamos a la hora que Yahshua fue presentado delante de Pilato, las 9:00 A. M. Durante las tres horas siguientes es juzgado y condenado a ser “colgado de un madero”. Esto último ocurrió a la hora sexta (12:00 del  medio día); pues el libro de Mattithyah (Mateo) 27:45-46, refieren lo siguiente: “Y desde la hora sexta fueron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y cerca de la hora nona, Yahshua exclamó con grande voz, diciendo: Eyli, Eyli, Lama shabatani, esto es: Todopoderoso mío, Todopoderoso mío, ¿Por qué me has desamparado? Y el verso 50, agrega: “Mas Yahshua, habiendo otra vez exclamado con grande voz, dio el Espíritu”.

     Y Loukas (Lucas) 23:44-46 confirma lo anterior, al registrar: “Y cuando era como la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. Y el sol se obscureció: y el velo del templo se rompió por medio. Entonces Yahshua, clamando a gran voz, dijo: “Padre, en tu mano encomiendo mi Espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró”.

     Ahora recuerde que al ocultarse el sol de ese día “Miércoles” comenzaba la solemnidad de los “panes sin levadura” (ázimos.) Por tanto, a los “Judíos” les urgía terminar con aquel asunto, antes de ocultarse el sol; pues del Evangelio de Yahkhanan (Juan) 19:31, se lee lo siguiente: “Entonces los Judíos, por cuanto era la víspera de la Pascua (error en la traducción, la Pascua estaba por terminarse), para que los cuerpos no quedasen en el Madero en el Sábado, pues era el gran día del Sábado, rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados”.

     Y Markos 15:42 reafirmó esta verdad al decir: “Y cuando fue la tarde (del Miércoles), porque era la preparación, es decir, la víspera del Sábado, (de los panes sin levadura)…”.

     Y continuando el relato de Yahkhanan (Juan), en el capítulo 19:42 refiere: “…Y en aquel lugar donde había sido colgado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. Allí, pues, por causa de la víspera de la Pascua de los Judíos, porque aquél sepulcro estaba cerca, pusieron a Yahshua…”.

     Note de la escritura anterior que la porción “Pascua de los Judíos” está en itálica, lo que indica que el traductor del pasado no distinguió a cuál solemnidad se refería para el día siguiente; Aquella solemnidad era la de “los panes sin levadura”, era “Sábado” o día de gran solemnidad, como dice el verso 31 del mismo capítulo.

Ahora, nótese el registro de Loukas 23:52-54, quien hablando de José de Arimatea, dice: “Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Yahshua. Y quitado, lo envolvió en una sábana, y le puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual ninguno había aún sido puesto. Y era día de la víspera de la Pascua; y estaba para rayar el Sábado.” Otra vez, el traductor del pasado cometió el mismo error, (la Pascua estaba por terminar), aunque aclara: que “estaba para rayar el Sábado,” ¡Pero aquel “Sábado” era el de los panes sin levadura ordenado para el día 15 del mes primero!

LAS SOLEMNIDADES SON DÍAS DE GUARDAR, SON “SÁBADOS”

     Como se puede notar por las Escrituras anteriores, la deficiente traducción del pasado han causado grandes confusiones a las generaciones posteriores. A continuación vamos a comprobar que las solemnidades se les consideraba tan importantes como el mismo Sábado semanal. Para poder entender esto último, debemos anotar que en el lenguaje Hebreo, al Sábado (semanal) se le llama “shabbath”, que literalmente significa: día de reposo, día de celebrar, día de guardar o día solemne. En cuanto a seis solemnidades anuales comandados en la Sagrada Escritura, se les llama en el lenguaje Hebreo, “shabbathown”, esto es, para distinguir del “Sábado semanal”, al “Sábado anual”; Pero también para dar un grado más Solemne a los Sábados anuales, como lo refiere el registro de Yahkhanan (Juan) 19:31 de que: “…era el Gran día del sábado…”; allí se nota una diferencia entre “shabbath” y “shabbathown”.

     Entonces, como ya se dijo antes las solemnidades Anuales son “Sábado”, sin distinguir el día que estas ocurran; Pues ampliando el registro de Lev. 16:29-31, hablando de la solemnidad del “Ayuno”, dice lo siguiente: “En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis,…porque en este día se os reconciliará;…y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Yahweh. Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas,…”

     Y del mismo libro de Lev. Capítulo 23:24, hablando de la solemnidad de “las trompetas”, dice lo siguiente: “Habla a los hijos de Yisraeyl (Israel), y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis Sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”.

     Y hablando otra vez sobre la solemnidad del “Ayuno”, refiere el verso 32, lo siguiente: “Sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde (al ocultarse el sol): De tarde a tarde holgaréis vuestro Sábado”.

     Del pasaje anterior, aparte de comprobar que las solemnidades se les llama “Sábado”, también confirma la medición de los días, esto es, de “tarde a tarde”, o sea, al ocultarse el sol termina y comienza un día.

     Ahora, recordando el registro de Lev. 23:5-6, que dice: “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, Pascua es de Yahweh. Y a los quince días de este mes es la solemnidad de los ázimos a Yahweh: Siete días comeréis ázimos.” Esta última solemnidad es la que los Judíos en la época de Yahshua llamaban “Pascua”; pero esta solemnidad era “Sábado”, día de mucha solemnidad. Pero por el hecho de que los primeros traductores extranjeros ignoraron las peculiaridades del idioma Hebreo, no alcanzaron a distinguir la diferencia y no hicieron ninguna alusión que hiciera clara diferencia sobre el significado de “shabbath” y de “shabbathown”, sino que se concretaron a traducir ambas palabras como “Sábado”. Y con aquel descuido, los lectores posteriores de la Sagrada Escritura supusieron que ambas se refería al Sábado semanal, y esto último causó una confusión incalculable a todos los creyentes de las siguientes generaciones.

     Conociendo todo lo anterior, le permitirá al moderno creyente apoyar sus creencias sobre bases más concretas y poder sacar conclusiones más firmes a la verdad.

LA CUENTA DE LOS “TRES DÍAS”

     Entonces, sabiendo que Yahshua expiró a la hora nona (tres de la tarde, hora del hombre), en aquel día Miércoles, catorce del mes primero. Al ocultarse el sol de ese día, daba comienzo la solemnidad (Sábado) de los “panes sin levadura”, o sea, el gran día del Sábado (de los ázimos.) Así, de la hora nona hasta la hora de ocultarse el sol, quedaban poco más de tres horas; Por tanto, deprisa se hicieron arreglos para poder sepultar a Yahshua, poco antes de que se ocultara el sol; o como dice el registro de Loukas (lucas) 23:54: “Y estaba para rayar el Sábado”.

     Ahora recuerde la única “señal” que el propio Yahshua dio a los Escribas y Fariseos: “…Porque como estuvo Yownah (Jonás) en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches…”. Conociendo esta señal, cuéntese ahora tres días y tres noches cabales y con sorpresa se dará cuenta que lo que se nos ha predicado hasta hoy ha sido solamente una farsa, ¡Pues Yahshua resucitó el día Sábado semanal, poco antes de ocultarse el sol! Esto es, que de verdad permaneció bajo tierra tres días y tres noches completos de 24 horas, no porciones de dos noches y un día.

            De no haber sido así, entonces habrá que dudar no solamente de la “señal” dada por Yahshua, sino aún de su resurrección. O como dice el Apóstol Shaúl (Pablo) “Y si Yahshua no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y aún somos hallados falsos testigos de Yahweh…” (1 Korinthios 15:14-15.)

     Pero para estar más seguros sobre esta verdad (no olvide que entender la Sagrada Escritura, está la posible salvación del hombre), nótese lo que refiere el Evangelio de Loukas (Lucas) 23:55, que dice: “Y las mujeres que con él habían venido de Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo”. Esto es, donde y como sepultaron a Yahshua.

     Ahora volvamos a Markos 16:1, que dice: “Y como pasó el Sábado (de los panes ázimos), María Magdalena y María madre de Yaakob (Jacob), y Salomé, compraron drogas aromáticas, para venir a ungirle”.

     Téngase bien presente esta Escritura, para valorarla más adelante. Recuerde que al sepultar a Yahshua ya estaba para “rayar el Sábado”, esto es, ya estaba por “ocultarse el sol” de aquel día Miércoles; al volver las mujeres del sepelio, ya se había ocultado el sol, ¡Ya era Sábado, ya nadie podía vender, comprar u obrar, era el “día grande” del Sábado! Los Fariseos eran en extremo muy estrictos sobre cómo “guardar” el Sábado. ¿Entonces, cuando compraron las mujeres las drogas aromáticas? Lógicamente que el “Viernes”, una vez que hubo pasado el Sábado de los ázimos. Note ahora el registro de Loukas 23:56, que dice: “…Y vueltas (las mujeres) aparejaron drogas aromáticas y ungüentos; y reposaron el Sábado, conforme al Mandamiento…”. ¿De cuál Sábado se está refiriendo aquí el Evangelista? Ciertamente que del Sábado semanal. En otras palabras: El Miércoles cuando las mujeres regresaron del sepelio, ya se había ocultado el sol, ya era el “Sábado de los ázimos”, ya no se podía comprar, vender u obrar. El Jueves, al ocultarse el sol, se termina el Sábado (de los ázimos); el “Viernes” durante el día compraron las drogas y las prepararon. Al ocultarse el sol ese día “Viernes” ya era el Sábado semanal, por tanto, las mujeres reposaron conforme al Mandamiento registrado en Éxodo 20:9:11.

LA RESURRECCIÓN

     Una vez contado los tres días y tres noches, nótese ahora el registro de Mattithyah (Mateo) 28:1, que dice: “Y la víspera de Sábado que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro”. Nótese la porción que dice: “víspera de Sábado que amanece para el primer día de la semana”. O sea, ¡Aquél Sábado semanal, al ocultarse el sol comenzaba el primer día de la semana! Por tanto, cuando las mujeres llegaron al sepulcro ya estaba oscuro, ya era “día primero de la semana”. No habían ido antes por tres razones obvias: 1) por no quebrantar el día de reposo, pues aún caminar más de lo permitido por los Fariseos, era pecado. 2) A petición de los Fariseos, se había puesto una guardia de soldados para resguardar el sepulcro (vea Mattithyah (Mateo) 27:62-66), hasta el día tercero. 3) Se había sellado la tumba con un sello oficial, el cual no sería quitado hasta cumplidos los tres días y tres noches.

     Sobre lo mismo, Loukas (Lucas) 24:1-3,  dice:: “…Y el primer día de la semana, muy de mañana,…vinieron al sepulcro (las mujeres),…y hallaron la piedra revuelta del sepulcro. Y entrando, no hallaron el cuerpo del Soberano Yahshua”. La porción “muy de mañana”, indica que era la primera hora después de ocultarse el sol de aquel Sábado semanal.

      Y el registro de Yahkhanan (Juan) 20:1, dice: “…Y el primer día de la semana María Magdalena vino de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio la piedra quitada…”. Aquí también, la porción que dice “de mañana”, significa “muy temprano”, o sea, poco después de ocultarse el sol. Por otra parte, note también otra contradicción del traductor del pasado sobre el registro de Yahkhanan (Juan) 20:1, que dice: “Siendo aún oscuro”; y Markos 16:2, refiriéndose al mismo detalle,  dice: “Ya salido el sol”. Estos errores fueron del traductor; pues en el registro de Yahkhanan (Juan), debiera decir: “Siendo ya oscuro”, y en el de Markos debiera decir: “Ya ocultado el sol”. Pero esto no lo entendió o no lo quiso entender el traductor extranjero.

     La verdad es que las mujeres, tan pronto se ocultó el sol de aquel Sábado semanal, corrieron al sepulcro, ¿Pues por qué habían de esperar hasta el amanecer? Lo lógico es que fueran tan pronto como les fuera posible, para ungir el cuerpo, antes de entrar en estado de descomposición. Pero a pesar de su prontitud, al llegar al sepulcro ya estaba oscuro, ¡Ya era el primer día de la semana! Pero al llegar ya no estaba Yahshua, el sepulcro estaba vacío; Pues Loukas 24:3, dice: “…Y entrando, no hallaron el cuerpo del Soberano Yahshua…” Y agregan los versos 4 al 6: “…Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; Y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, mas ha resucitado: Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea…”

     ¿Y qué fue lo que les habló? “…Porque como estuvo Yownah (Jonás) en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Y eso fue lo que realmente ocurrió, Yahshua resucitó poco antes de ocultarse el sol de aquel Sábado semanal, justamente tres días y tres noches después de haber sido puesto en el sepulcro; ¡Esto es, que permaneció 72 horas exactas en el corazón de la tierra!

     ¿Creeremos a la Sagrada Escritura o a la fábula de los hombres? O ¿Cómo hacer “tres días y tres noches” en 36 horas? O sea, ¿del “Viernes” por la tarde, al “Domingo” por la madrugada?

            Quiera el Padre Celestial Yahweh, que este breve mensaje, toque el corazón de los sinceros buscadores de la verdad; pues el suponer que el Salvador resucitó en Domingo, no es sino otra fábula para seguir rindiendo culto al “dios sol”. Al día primero de la semana se le llama en el idioma Inglés “Sun-day” y en Latín “Dies-solis”, ambos términos significan: ¡Día del sol!

     Despierta, pueblo del Padre Yahweh, no confíes en la predica de los hombres, antes bien, estudiad la Sagrada Escritura; recuerda que 1 Korinthios 7:23, dice: “Por precio sois comprados (por la sangre de Yahshua): No os hagáis siervos de los hombres…” ¡Así, dejad que el Espíritu Celestial os guié por el camino de la verdad! Confiad en la Sagrada Escritura, y ella os guiará por el camino señalado por Yahshua el Salvador, para lograr el perdón de los pecados. A Yahweh Padre y a Yahshua sean, la gloria y la alabanza por los siglos de los siglos, HaleluYah.

 Por D. L. García; con  los nombres restituidos en su forma original Hebrea. Solicite más información.

http://www.forhisname.com/Resureccion.htm

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La Palabra ALELUYAH

SU ORIGEN Y SIGNIFICADO:

   La palabra aleluya, pronunciada “aleluYAH” es el término más antiguo de todos los términos de alabanza. Es usado tanto en el cielo como en la tierra para adorar al Todopoderoso Creador (Apocalipsis 19:1-6).

¿CUAL ES EL ORIGEN, SENTIDO, Y SIGNIFICADO DE ESTA PALABRA MUY BIEN CONCOCIDA?

   Aleluya es palabra puramente Hebrea, pero es hallada en casi todos los idiomas bajo el sol. La primera parte de la palabra, “alelu,” significa: “alabar, celebrar o glorificar.” La ultima parte, “YAH,” es el nombre de quien se está alabando.

   Yahweh es el nombre personal del Padre Celestial. Yah es la forma corta o poético del nombre del Padre Celestial. La forma completa del sagrado Nombre del Padre es Yahweh. Este nombre se encuentra en las escrituras Hebreas, concordancias de la Biblia, enciclopedias y diccionarios. Como también en muchas actuales escrituras de historia y arqueología.

   El nombre de Yahweh es encontrado más de 6,800 veces en el lenguaje original de la Escritura. También lo encontramos como el final de muchos nombres de los profetas de la Biblia tales como Elias (Eli-Yah), el cual significa “Mi Todo poderoso es Yah,” como también Yirmeyah (Jeremías), Obadyah (Abdías), Yeshayah (Isaías), Zekaryah (Zacarías), etc.

¿DONDE OBTUVIMOS LA PALABRA “JEHOVAH”?

   Hasta hace poco tiempo, muchas personas pensaron que su nombre debía de ser pronunciado “Jehová” pero como lo explica la Enciclopedia Británica, “Jehováh es una forma errónea del Nombre sagrado, del cual su verdadera forma es Yahweh.” La mayoría de diccionarios modernos aclaran lo mismo.

   Nosotros no debemos profanar el nombre del Creador usando una forma errónea o corrupta. Esta forma errónea comenzó cuando ciertos traductores de la Sagrada Escritura equivocadamente usaron los sonidos vocales de la palabra Hebrea para señor o amo (adonai) y la mezclaron con las cuatro letras Hebreas (tetragrámaton) que forman el nombre del Padre Celestial.

   Así es como y porque esto ocurrió: Originalmente, el nombre Yahweh fue conocido y nombrado antes del diluvio, cuando todo hombre lo conocía y no había falsas deidades. Pero después del diluvio, la mayoría de las gentes se tornó a la idolatría; pero Yahweh se dio a conocer de nuevo por su Nombre a ciertos hombres tales como Abraham, Isaias, y Jacobo (Gen. 12:8, 26:25, 28:13) y después a Moisés (Ex. 3:15, 34:5-6.)

   De esta manera, su Nombre fue revelado al pueblo Hebreo quienes fueron instruidos a invocarlo. Por siglos era libremente invocado. Pero más tarde, lideres religiosos comenzaron a decir que era muy sagrado para ser nombrado. Ellos dijeron a las personas que dijeran o leyeran adonai (mi señor) cuando se encontraran el Sagrado Nombre en las Escrituras.

   Por esto, cuando letras vocales fueron después añadidas al leguaje Hebreo, las letras vocales para adonai fueron insertadas con las letras del nombre sagrado. Esto era de indicar a la gente el decir adonai y no el verdadero Nombre Yahweh.

   Como resultado, cuando traductores años después tradujeron las Escrituras en otros lenguajes, llegaron a estar confusos. Ellos mezclaron el sonido vocal para adonai con las cuatro letras del Nombre Sagrado y más tarde surgió como “Jehovah.”

IMPORTANCIA BIBLICA DEL VERDADERO NOMBRE

   Parece ser que toda persona que quiere conocer a su Creador, como su Padre Celestial quisiera conocerlo por su Nombre. La misma Escritura no nos deja ninguna duda de la importancia vital del Nombre de Yahweh.

   Cuando el verdadero Nombre es restaurado de nuevo en los pasajes donde los traductores lo substituyeron con el título “el señor,” la Escritura nos hace saber muy claro que deberíamos conocer, amar e invocar el Nombre de Yahweh.

            Aquí tenemos unos cuantos ejemplos:

El decir que es poco importante o que es cosa vana, es ciertamente una manera de invocarlo en vano.

   Un verso mas que muestra poderosa evidencia de la necesidad de invocar el Sagrado Nombre, es Salmo 68:4 (VKJ), que dice: “Canten a elohim, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las etapas y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es Jah! (Jah es pronunciado Yah como en aleluyah.) En el lenguaje Hebreo no hay letra “J.” Escriba para obtener nuestro folleto gratis, “La ‘J’ Perdida.”

   Así que está  muy claro de acuerdo con la escritura que el nombre de Yahweh es inprecindible de ser conocido y venerado por aquellos quienes lo aman.

EL NOMBRE: ENLACE ENTRE EL PADRE Y EL HIJO

   También hay una importante y directa conexión entre el nombre del Todopoderoso y el nombre de su hijo, nuestro Salvador.

   José fue instruido por el ángel; Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Yahshua, porque él salvará a su pueblo de sus pecados, (Mateo 1:21). El nombre de Jesús no tiene el mismo significado como el nombre Yahshua.

   Eruditos de la Biblia saben que nuestro salvador no fue conocido por el nombre “Jesús.” El hecho de que muchas personas han llegado a aceptar la persona del salvador Yahshua saben que solamente conociendo su Nombre pueden ser salvos; pues el nombre Jesús, no significa nada en realidad. Yahshua fue nacido de una pareja Hebrea, como fue profetizado en Isaias 9:6, Miqueas 5:2 y otras Escrituras. Pero “Jesús” no es nombre Hebreo. “Jesús” es derivado del nombre Griego Iesous, cual es encontrado en las traducciones Griegas.

   Realmente su nombre es el mismo que Joshua, el sucesor de Moisés. En la versión King James, en Hebreos 4:8 y Hechos 7:45, usa el nombre “Josúe” cuando habla de Joshua. Esto enseña que “Jesús” está siendo substituido por el  nombre Hebreo Joshua. Realmente el texto Griego tiene el mismo  nombre Iesous para ambos hombres.

   Si la “J” en Joshua es pronunciado como y de acuerdo con el Hebreo, cual no tiene sonido “J,” casi tenemos la correcta pronunciación del nombre del salvador. Pero “Yoshua” no enseña una conexión con el Nombre del Padre. Por lo tanto, la forma más correcta de escribir su Nombre en Español es “Yahshua.”

   Originalmente Joshua era llamado Hoshua o Oshea significando “salvación” o “liberación.” Pero Moisés añadió el Sagrado Nombre y lo llamo Yah-oshua, significando “salvación de Yah” o “Yah-salvación” (Números 13:16).

   Mas tarde el sonido se fue eliminado en uso y el nombre llegó a ser acortado a Yahshua. Esto ocurrió después del cautiverio de Israel por Babilonia. La forma acortada entonces, estaba en uso cuando el salvador del hombre fue nombrado en el nuevo testamento.

   En Salmo 72:17 en la bien conocida World Publishing Co. Edición De La Biblia King James, la referencia central enseña el original Hebreo que es leído como sigue: “Su nombre será como un hijo para continuar el nombre de su padre para siempre: y el hombre será bendecido en él; todas las naciones lo llamarán bendecido.” Claramente esto es una profecía referente al Salvador. Y por supuesto, un hijo lleva el nombre del padre de familia. El mismo Salvador dijo, Yo he venido en nombre de mi padre…, (Juan 5:43).

   El nombre del Mesías, Yahshua contiene el nombre sagrado de la familia Celestial Yah: Yah-Shua. El verdaderamente y literalmente vino en nombre de su padre, como el mismo dijo (Juan 5:43). Solo el es la “salvación de Yah.”

   De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos, Hechos 4:12.

   Esto no es de decir que a quienes han sido ignorantes sin conocer su verdadero nombre no puedan encontrar salvación en la persona del Salvador. Yahweh está lleno de justicia y misericordia. Sin embargo, su misericordia de ninguna manera justifica la continuación del error. Para usar las palabras de Hechos 17:30, Pues bien, Yahweh paso por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan.

ORIGEN DE NOMBRES SUBSTITUTOS

   Mantenga en mente que la palabra “Señor” es un título sustituto y tampoco es “nombre”. La palabra “Baal,” cual llegó al Hebreo del lenguaje Babilonico, fue traducido “Señor.” Lea estos reveladores versos:

–          ¿Hasta cuando seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su mente? Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal, (Esto es, el señor), Jeremias 23:26-27.

–          En aquel día-afirma Yahweh-, ya no me llamaras balí (mi señor) sino que me dirás: Ishi (esposo mio). Porque quitaré de los labios los nombres de Baalim (Señores) y nunca mas volverás a invocarlos, (Oseas 2:16-17). Baal (señor) era el nombre que los paganos de Babilonia llamaban a su deidad.

   Incidentemente, uno de los nombres de Baal era GAD, pronunciado GOD. Este era el Baal de fortificación o tropas y es traducido “tropas” en Isaias 65:11, un pasaje condenando a Israel por idolatría.

   De acuerdo con Romanos 10:13-14, Hechos 2:21 y 22:16, Y todo el que invoque el nombre de Yahweh será salvo. Esto se cumple invocando el nombre de Yahshua el Mesías, cual contiene el Nombre del Padre, el Nombre de la familia Yah. Quizás usted ya conoce al salvador. Si es así, comience hoy a llamarlo por su verdadero Nombre y pídale a Yahweh que le quite los nombres de baalim (señores) fuera de su boca.

   Si usted todavía esta en sus pecados, habiendo nunca aceptado en verdad al salvador, ponga su confianza en él quien murió por usted y quien ahora esta viviendo a la mano derecha del padre. El regresará pronto para establecer su reino en la tierra. Usted también puede llegar a ser un hijo del Altísimo Yahweh y un heredero de vida eterna. El que cree en el hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al hijo no sabrá lo que es vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Yahweh, (Juan 3:36).

CÓMO PUEDE USTED RECIBIRLO

   Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Yahshua el Mesías para perdón de sus pecados y recibirán el don del Espíritu Santo (el cual es el poder que mora dentro de el en su vida). En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes Yahweh nuestro Todopoderoso quiera llamar, (Hechos 2:38-39). Véase también Hechos 8:12, 16, 35-36, 10:43, 48; 16:31-33; 19:4-5; 22:16; Romanos 6:3-4; Galatas 3:26-27; Tito 3:5; Hebreos 10:22; 1 Pedro 3:21; y Marcos 16:16.

   Cuando usted encuentre la salvación en el Gran Nombre del Padre Yahweh, usted verdaderamente dirá:

ALELUYAH!

http://www.forhisname.com/la%20palabra%20aleluyah.htm

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LA DISTINCIÓN ENTRE “REINO” Y “REINADO” DE DIOS

 

Los términos para reino y reinado son en griego basileia, en hebreo clásico mamlaká y en arameo malkut. Todos ellos significan “realeza” de modo general.

• “Reinado”, en español, sería “ejercer la realeza”, el mando, la soberanía. Sería la noción dinámica de Dios que ejerce su soberanía sobre el universo, sobre su pueblo elegido, sobre todos los pueblos, o sobre la historia, etc.

• “Reino” sería el territorio sobre el que se ejerce esa realeza o soberanía. Sería como la realidad concreta que es gobernada por Dios, una realidad espacio-temporal que de algún modo constituya un ámbito en el que Dios ejerza su soberanía.

Sin embargo, la mayoría de la veces, no precisamos tanto y utilizamos “Reino de Dios” de un modo más general significando unas veces “reinado” y otras “reino”.

En el Evangelio de Mateo sobre todo aparece por lo general “reino de los cielos” en vez de “reino de Dios” (sólo 4 veces: 11,28; 19,24; 21,31.43). Se ha pretendido buscar alguna diferencia de matiz, pero no parece que exista ninguna, en verdad. Parece que “reino de los cielos” era un modo propio de Mateo -un piadoso escriba judío hecho judeocristiano- de evitar la palabra “Dios”. Por tanto, si tal expresión era propia del Evangelista, parece poder concluirse que la expresión más original en boca de Yeshúa  era “reino de Dios”.

Los rasgos mínimos, esenciales, del Reino de Dios en los que todos los judíos estaban de acuerdo eran los siguientes:

1. Dios, como creador, es rey de toda la tierra, de todas las naciones

2. Desgraciadamente no todos los pueblos, ni mucho menos, reconocen esa realeza. En realidad, sólo Israel. Este es el pueblo elegido por Dios para manifestar plenamente su realeza.

3. Tarde o temprano el reinado divino será reconocido por todas las gentes, lo quieran o no. Dios se encargará de que así sea. Esta esperanza se describe de modo diverso. La más típica se halla en el libro de Daniel 2,35-45: los poderes del mundo están simbolizados por una estatua gigantesca, pero con pies de barro; de una montaña se desprende por obra de Dios una piedra, que pulveriza la estatua; la piedra –el poder de Dios- va creciendo y ocupa toda la tierra.

Señala James D.G. Dunn, en Yeshúa  recordado (obra que comentaremos en su momento) que en la exégesis moderna, cuando se trata de precisar y concretar cuál sería exactamente el pensamiento nuclear de Yeshúa , hay un buen número de propuestas:

• Para unos sería el reino la restauración del Israel completo (la reconstitución de las doce tribus de las cuales se habían perdido nueve y media desde la invasión de Israel por parte del rey asirio Salmanasar, que terminó con ese reino y la destrucción de su capital Samaria en el 721 a.C.)

• Para otros sería como la concretización de la definitiva “vuelta del destierro de Babilonia”, nunca producida totalmente, una suerte de culminación historia global de la salvación de Israel.

• Para otros sería como el símbolo de las protestas de las gentes israelitas contra las desigualdades sociales y la opresión en el Israel del siglo I. Esa protesta sería profética, al estilo antiguo, y llevaría consigo el deseo de Dios acabara de una vez con tanta desgracia, ya sea Él solo, ya con la participación de los seres humanos (por las armas /por el arrepentimiento)

• Para otros sería el anuncio de la llegada de una sociedad humana casi perfecta, utópica, en la que los hombres se realizarían perfectamente. En concreto (J. D. Crossan) el reino de Dios sería una revolución impulsada por Dios que llevaría a una sociedad igualitaria a favor del campesinado mediterráneo en su conjunto y en particular el de Israel.

• Para otros sería el “reino” una metáfora que implicaría que Dios impondría en los hombres una sociedad donde imperara la “voluntad incondicional de hacer el bien”.

• Para otros finalmente (sobre todo después de Norman Perrin) la expresión “Reino de Dios” no sería más que un símbolo flexible empleado por Yeshúa  con la conciencia de que no era posible utilizar nada mejor para indicar, o evocar, que vendría un tiempo (¿o que ha empezado ya?) en el que Dios actuaría como rey. Pero un símbolo consciente de que detrás no hay más que un “mito”, es decir, un modo de expresión de una realidad divina, cierta y existente, es verdad, pero que no se puede expresar totalmente con palabras humanas.

Como se ve, hay multitud de interpretaciones… precisamente porque Yeshúa  -como indicábamos- nunca precisó, o nunca tuvo necesidad de precisar, el núcleo de su pensamiento acerca del “Reino” (Tal vez porque era harto conocido por sus paisanos).

Estoy de acuerdo con James Dunn en que lo mejor para explicar en lo posible el concepto de “Reino de Dios” hay que pensar en los términos de una especie de “historia o narración global” -tomada del Antiguo Testamento y de los escritos apócrifos judíos que lo complementan incluidos los manuscritos de Qumrán- de los elementos de ese reino, de las ideas populares en torno a él que estaban presentes en las mentes de los que escuchaban a Yeshúa .

Esos elementos son unos catorce e intentaremos ofrecer de ellos un panorama en próximas entregas.

Por Antonio Piñero

 

Seguiremos, pues. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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LA ANUNCIADA VENIDA DEL MESÍAS  Y SU REINO EN LOS SALMOS

El Salmo 2 describe elocuentemente una confrontación inminente. Las naciones se “airarán” en sus pensamientos vanos, cuando se combinen muchos poderes para tratar de resistir la autoridad del Mesías  en ese día (Salmo 2:1-2). Se rechazará la supremacía divina, pero Dios mantendrá su poder y su soberanía (Salmo 2:3-5). A pesar de la oposición de las naciones, Él establecerá al Mesías como Rey en el trono de David en Jerusalén, dándole los confines de la tierra por su posesión” (Salmo 2:6-8). El poder de las naciones será “roto” (Salmo 2:9). Los jefes de los gobiernos de toda la tierra serán advertidos a someterse al reinado justo del Mesías  o  perecerán (Salmo 2:10-12).    El mensaje de este salmo no es difícil de comprender, siempre que se entienda que tiene una aplicación clara a la segunda venida del Mesías  en el Apocalipsis (Apocalipsis 2:26-27), donde el Salmo 2 se hace referencia en relación al regreso del Señor Yeshúa el Mesías ).         El profeta Isaías utiliza una terminología similar a la encontrada en el Salmo 2. Él dice: “¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.” (Isaías 17:12-13).                                                                            El libro de los Salmos menciona estos acontecimientos trascendentales muchas veces en un lenguaje muy claro para evitar malentendidos: “Levántate, oh Dios, juzga la tierra: porque heredarán todas las naciones… que los hombres sepan que tú, cuyo nombre es YHWH, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”(Salmos 82:8; 83:18).   Una de las historias más bellas y espectaculares de futuro reinado del Mesías  en la tierra se encuentra en el Salmo 72. Gire a este Salmo y lea con cuidado. El salmo se puede dividir en seis partes, que presentan:

Vv. 1-4. . . . Un reino de justicia
Vv. 5-7. . . . Un reino de respeto  
Vv. 8-11. . . . . Un reino de renombre
Vv. 12-14. . . . Un reino de Socorro
V. 15-16 Un reino de resultados y de reposición
Vv. 17-20. . . . Un reino de respuesta


 Ahora, mire más de cerca el maravilloso mensaje de este salmo. Cada versículo revela un aspecto maravilloso del reinado venidero del Mesías  en la tierra. Note la secuencia de los eventos:

v. 1. El Rey real de Dios recibirá su trono.
v. 2. Los juicios sabios del rey.
v. 3. Su gobierno justo y recto.
v. 4. Su preocupación por los necesitados, la destrucción de los tiranos.
v. 5. El rey, que será respetado por todos.
v. 6. Su reinado traerá frescura, fertilidad y fecundidad.
v. 7. La justicia prevalecerá y la paz duradera será establecida.
v. 8. Él tendrá el dominio de todo el mundo.
v. 9. Sus enemigos se arrepentirán y le responderán a él.
v. 10. Otros gobernantes se inclinan a su autoridad y poder.

v. 11. Todos los gobernantes renunciarán a sus oficinas en favor de su gobierno.
v. 12. Él hará provisión para todos los necesitados.
v. 13. El cuidará a los menos privilegiados y desfavorecidos.
v. 14. Se protegerá a los débiles.
v. 15. Será un rey-sacerdote y mediador.
v. 16. La tierra prosperará, no sufrirán de hambre.
v. 17. Todas las naciones le reconocerán y lo alabarán.
v. 18. La Alabanza a Dios resuena en todo el mundo.
v. 19. El nombre de Dios y la gloria será reconocido y él debe será reverenciado.

  Este notable Salmo profético demuestra muy claramente lo que se producirá en el regreso de nuestro Señor Yeshúa el Mesías .

https://apologista.wordpress.com/2009/10/23/la-anunciada-venida-de-cristo-y-su-reino-en-los-salmos/

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EL MESÍAS  REINARÁ EN JERUSALÉM

    Jerusalém, el trono de YHWH

  Lo que Yeshúa  dijo en Mateo 5:34,35 nos lleva  la conclusión de que el Señor hará de Jerusalém su ciudad real…¡Su trono! El profeta Jeremías dice que en aquel tiempo (de la restauración del reino) llamarán a Jerusalém TRONO DE YHWH (3:17). El Salmo 67:4 dice que Dios pastoreará a las naciones EN (no “DE”) la tierra. En Apocalipsis 5:10 leemos: “Y los has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.” En Apocalipsis 20:4,6 dice que estos reyes y sacerdotes reinarán con El Mesías  mil años en la tierra.

En el Salmo 122:3-5 encontramos la información de que los tronos de los “reyes y sacerdotes” estarán en Jerusalém. Dice así estos versículos: Jerusalém, que se ha edificado Como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, Conforme al testimonio dado a Israel, Para alabar el nombre de YHWH. Porque allá están las sillas del juicio, LOS TRONOS de la casa de David. Por lo tanto, el trono del “Rey de reyes” estará también allí. Yeshúa  dijo que “Jerusalém es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:34,35).

¿Dónde estaba Yeshúa  en Juan 14:2,3?

En Juan 14:2,3 el Señor Yeshúa  prometió a sus discípulos que ellos estarían con él en la tierra de Israel. Él dijo: “PARA QUE DONDE YO ESTOY (Jerusalém) vosotros también estéis”. Y en la profecía de Jeremías 23:5 leemos: “He aquí que vienen días, dice YHWH, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia EN LA TIERRA” ( También 33:15). Y en Romanos 4:13 dice que Yeshúa  será “EL HEREDERO DEL MUNDO.”

La herencia de los Justos

Según el Salmo 37:29 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Ahora bien: ¿Es El Mesías  el MAYOR JUSTO? ¡Sí! (Leer 1 Juan 2:1). Y si Yeshúa  es el mayor JUSTO, ¿qué heredará él y dónde vivirá? Pues, ¡en la tierra!. En el Salmo 85:9 se complementa lo anterior diciendo que LA GLORIA HABITARÁ LA TIERRA. Y, ¿cuál GLORIA? ¡La gloria del Señor El Mesías ! (Mateo 16:27; 24:30; Juan 1:14; 17:24; Colosenses 3:4). Por tanto: ¡El Mesías  habitará en la tierra!

En 2 Samuel 23:3 dice: “El Dios de Israel ha dicho: Habrá un justo que GOBIERNE ENTRE (no “SOBRE”) LOS HOMBRES, que GOBIERNE  en el temor de Dios.” Sí, Yeshúa  será aquel justo varón que gobierne en medio o entre los hombres en este planeta. ¡Eso dice la Biblia! Además, David dice en su Salmo 140:13 que LOS RECTOS morarán o habitarán en la presencia del rey. Pero: ¿Dónde morarán LOS RECTOS en la presencia del rey? No puede ser el cielo porque Salomón escribió en Proverbios 10:30: “EL JUSTO NO SERÁ REMOVIDO JAMÁS; pero los impíos NO HABITARÁN LA TIERRA.” La conclusión lógica y bíblica es que los rectos habitarán la tierra y estarán en la misma presencia del rey en la tierra. Dice Salomón: “LOS RECTOS HABITARÁN LA TIERRA, Y LOS PERFECTOS PERMANECERÁN EN ELLA.” (Proverbios 2:21). ¡Aquí está la evidencia! ¿y quiénes son los PERFECTOS que permanecerán en la tierra? ¡Los discípulos! (Leer 2 Timoteo 3:17; Colosenses 1:28).

La Herencia de los mansos

Yeshúa  dice que “los mansos heredarán la tierra” (Mateo 5:5), pero más adelante dirá: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN…” (Mateo 11:29). Notemos que El Mesías  es también el mayor MANSO del mundo. Esto quiere decir que él HEREDARÁ LA TIERRA (comparar con Romanos 4:13). Él fue claro al decir que “los MANSOS heredarán la tierra”.

 

La Expectativa de los Judíos del Primer siglo

 

Es muy interesante lo que se puede extraer de este suceso que relata la entrada de Yeshúa  en Jerusalém, pues nos revela lo que los paisanos de Yeshúa  esperaban con desesperación. Dice así el relato de Marcos: “Cuando se acercaban a Jerusalém, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Yeshúa  envió dos de sus discípulos,  y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo.  Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.  Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?  Ellos entonces les dijeron como Yeshúa  había mandado; y los dejaron.  Y trajeron el pollino a Yeshúa , y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.  También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.  Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡BENDITO EL REINO DEL PADRE DAVID QUE VIENE! Y entró Yeshúa  en Jerusalém, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce”.

 

Después de leer este acontecimiento de la entrada triunfal de Yeshúa  en Jerusalém, el pueblo se emocionó mucho, pues veían a su rey entrar en la ciudad capital del reino davídico, y ellos pensaron que el reino se manifestaría inmediatamente en Jerusalém. Por eso su exclamación fervorosa: “Bendito el reino del padre David que viene”. Pero, ¿estaban errados los judíos por semejante esperanza? Veamos. En Lucas 19 Yeshúa  precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba CERCA DE JERUSALÉM, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Pero nótese que Yeshúa  no se detiene para reprender o corregir a aquellos hombres por su “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalém”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalém sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de mis discípulos” o cosa semejante. El simplemente avala su expectativa mesiánica dando una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalém, pero que AÚN TARDARÍA HASTA SU REGRESO O PARUSÍA EN GLORIA. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por Internet, y que trastocan el verdadero mensaje o esperanza del reino davídico por restaurarse.

 

 

Por Ingº. Mario A Olcese (Apologista)

 

Tags: ¿ESTÁ SENTADO YAHSHÚA EN EL TRONO DE DAVID AHORA? (Luc.1:32)

¿ESTÁ SENTADO YAHSHÚA EN EL TRONO DE DAVID AHORA? (Luc.1:32)

SORPRÉNDASE: ¡YAHSHÚA NO ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE DAVIDEN EL CIELO!

INTRODUCCIÓN

Los Amilenialistas y los Preteristas extremos sostienen que nuestro Maestro Yahshúa el Mesías está sentado en el trono de David en el cielo. Ellos alegan que el Mesías regresó al cielo para gobernar a su pueblo desde su trono personal (“el trono de David”), cumpliendo así la profecía de Lucas 1:32,33. Sin embargo, lo que estos amilenialistas ignoran es que Yahshúa el Mesías no se fue al cielo para sentarse en su propio trono sino ¡en el trono de su Padre!. Estos desconocen que El Mesías tendrá su trono Y SU GOBIERNO en la tierra (2 Sam.23:1, VV.1960, Jer. 3:17), y que su Padre tiene el Suyo propio en el cielo. Por tanto, es momento de aclarar este asunto que ha sido pasado por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia. Vamos, pues, a desenmascarar el error de la enseñanza de que el Mesías está reinando en su trono (“el de David”) en el cielo, ya sea desde el año 31 o desde el 1914.

EL TESTIMONIO DE  JUAN Y EL APOCALIPSIS

Examinemos lo que dice Juan sobre los tronos existentes en el cielo, y para eso vamos a examinar todos los versos en el libro de Apocalipsis donde aparecen las palabras “trono” y tronos”. De este modo podremos descubrir si existe un trono personal para el Padre y otro personal para el Hijo—¡y para el Espíritu Santo!. Los textos donde aparecen las palabras “trono” y “tronos” en el libro de Apocalipsis son los siguientes: Ap. 4:2,4,5,6,9,10; 5:1,6,7,11,13; 6:16, 7:8,10,11, 15,17; 8:3;11:16; 12:5; 14:3,5; 16:10,17; 19:4,5; 20:4,11; 21:5; 22:3.

APOCALIPSIS 4: 2, 3,4, 5, 6, 9, 10:
Apocalipsis 4
2 Y luego yo fui en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.
4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Elohim.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,
10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:

COMENTARIO
En estos versículos se habla de una sola Persona Divina la cual está sentada en un trono y rodeada por 24 tronos que son para los 24 ancianos. Nótese que No se dice que los 24 tronos están alrededor de dos tronos, y mucho menos, de tres.

APOCALIPSIS 5:1, 6, 7, 11, 13:
Apocalipsis 5

1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.
6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Elohim enviados en toda la tierra.
7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.
11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,
13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.

COMENTARIO

Si examinamos con cuidado estos versos del capítulo 5 de Apocalipsis donde aparece la palabra “trono”, no hallaremos evidencia de que el Mesías esté sentado en su propio trono individual o personal. Esto está claro.

APOCALIPSIS 6:16
Apocalipsis 6

16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”

COMENTARIO

En el capítulo 6 de Apocalipsis tampoco encontramos evidencia de que Yahshúa el Mesías esté sentado en su propio trono en los cielos.

APOCALIPSIS 7: 9, 10, 11, 15, 17
Apocalipsis 7

9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;
10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Elohim  que está sentado sobre el trono, y al Cordero.
11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Elohim,
15 Por esto están delante del trono de Elohim , y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Elohim  limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

COMENTARIO

En este capítulo 7 de Apocalipsis hemos examinado todos los versículos donde aparece el vocablo “trono” y observamos que no se dice nada de que el Hijo esté sentado sobre dicho trono. En el verso 10, por ejemplo, descubrimos que quien está sentado en el trono es el Padre y no el Hijo.

APOCALIPSIS 8:3
Apocalipsis 8:

3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo ocho de Apocalipsis encontramos que El Mesías esté sentado en su trono personal o individual.

APOCALIPSIS 11:16
Apocalipsis 11

16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Elohim  en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Elohim .

COMENTARIO

Tampoco encontramos en el capítulo once de Apocalipsis que Yahshúa el Mesías esté sentado en su trono personal o individual. Es verdad que se habla de tronos pero estos son para los 24 ancianos.

APOCALIPSIS 12:5
Apocalipsis 12

5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado hasta Elohim  y hasta su trono.

COMENTARIO

En el capítulo doce de Apocalipsis aparece una vez el vocablo ‘trono’ en el verso 5. No obstante, este trono no es el trono del Hijo sino de Yahwéh , el Padre.

APOCALIPSIS 14:3, 5
Apocalipsis 14

3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Elohim .

COMENTARIO

Es claro que tampoco en el capítulo 14 de Apocalipsis se habla de un trono personal del Hijo de Elohim . El verso 5 dice claramente que el trono es de Elohim , Elohim  el Padre.

APOCALIPSIS 16:17
Apocalipsis 16

17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

COMENTARIO

Tampoco en el capítulo 17 se habla de un trono para el Hijo de Elohim . Simplemente se habla de un trono que está en el templo del cielo.

APOCALIPSIS 19:4, 5
Apocalipsis 19
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron a Elohim  que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Elohim  todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.

COMENTARIO

En el capítulo 19 de Apocalipsis tampoco se habla de un trono que le pertenezca al Hijo de Elohim , sino solo a Elohim . Esto es muy importante porque algunas personas no distinguen este detalle singular.

APOCALIPSIS 20:4, 11
Apocalipsis 20

4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Yahshúa, y por la palabra de Elohim , y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con el Mesías mil años.
11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos.

COMENTARIO

Esta es una visión de la era venidera cuando Yahshúa el Mesías inaugure su reino milenario en la tierra. Los tronos que son vistos son los tronos de los mártires que reinarán con El Mesías en la tierra. En Salmos 122:3-5 se nos revela que los tronos del juicio estarán en Jerusalén y no en el cielo.

APOCALIPSIS 21:5
Apocalipsis 21

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

COMENTARIO

Tampoco este versículo (ni su contexto) nos dice que este trono es del Hijo de Elohim , sino más bien del Padre.

APOCALIPSIS 22:1, 3
Apocalipsis 22
1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Elohim  y del Cordero.

3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Elohim  y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.

COMENTARIO

El capítulo 22 se refiere básicamente a la era del reino en la nueva tierra, y el único verso que nos habla de un trono del Padre es el 3. Pero nada en el contexto nos indica que esta visión es una del cielo, sino de la nueva tierra, cuando Elohim  y su Hijo estén con los hombres (21:1-3).

YAHSHÚA EL MESÍAS ESTÁ SENTADO EN EL TRONO DE YAHWÉH

Hemos demostrado que el Maestro Yahshúa el Mesías NO está sentado en SU trono de autoridad en los cielos. Es crucial mencionar que el mismo Maestro Yahshúa el Mesías dice lo siguiente: Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en SU TRONO”. Tomemos nota que el Mesías está sentado en el trono de su Padre—¡No en el suyo! Esta verdad es pasada por alto por los estudiantes de la Biblia. La mayoría cree que nuestro Maestro está ahora sentado en su propio trono (el de David, su Padre) en el cielo, pero esto no tiene base escrituraria. Es imposible que el Mesías esté sentado simultáneamente en su trono y en el trono de Su Padre. Pero habrá un trono para el Padre y otro para el Hijo cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y Elohim  esté con El Mesías entre los hombres. Por tanto, Yahshúa aún no se ha sentado en su trono real, pues no ha llegado su hora para hacerlo, ni la hora de los santos. Pero llegará la hora cuando el Mesías y sus santos se sienten en sus tronos en la tierra (Daniel 7.13,14,18,22,27).

Pero sigamos examinando más versículos bíblicos que nos enseñan que el Mesías aún no está sentado en su trono real:

Colosenses 3:1: Si, pues, habéis resucitado con El Mesías, buscad las cosas de arriba, donde está sentado (no entronizado) a la diestra de Elohim .

Hebreos 8:1: Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó (no dice ‘entronizó’) a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.

Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Yahshúa, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó (no dice ‘entronizó) a la diestra del trono de Elohim ”.

Tomemos nota que Yahshúa NO aparece sentado en un trono personal a la diestra del trono del Padre. Es decir, no hay dos tronos de poder y autoridad en los cielos, y menos, tres. Yahshúa aparece sentado a la diestra del trono. Esto puede interpretarse de dos modos: que él está sentado en un lugar que no es un trono de gloria y de poder propiamente dicho, sino una silla o algo así; o también puede interpretarse como que él está sentado en el propio trono de Elohim , pero al lado derecho del Padre. Esta posibilidad parece más coherente. Lo importante es destacar que nunca se habla en el NT que el Mesías esté sentado en un trono personal de poder y autoridad como el que tiene el Padre. Si estoy errado, por favor demuéstrenmelo con la Biblia. Muéstrenme sólo un texto donde se diga que el Mesías está sentado en un trono personal de autoridad en el cielo al lado derecho del trono del Padre.

¿CÚANDO ENTONCES SE SENTARÁ EL MESÍAS EN SU TRONO PERSONAL DE GLORIA?

Si como hemos demostrado Yahshúa no está sentado ahora en su trono personal de gloria, nos preguntamos: ¿cuándo lo hará? La respuesta la dio el mismo Maestro Yahshúa el Mesías en Mateo 25:31,34: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él , entonces se sentará en su trono de gloria... entonces dirá a los de su derecha: Venid , benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Por tanto, es muy claro que Yahshúa no se sentó en su trono de gloria ni el 33 DC, ni en el 70 DC, ni en el 1914, … ¡y menos, sus seguidores!. Pero cuando él regrese en gloria con sus santos ángeles, entonces, y sólo entonces, se sentará en el trono de David su Padre en Jerusalén junto con todos los salvos de todas las épocas (Salmos 122:3-5). Nótese que los tronos de los santos estarán—¿dónde?—¡EN JERUSALÉN!

En la interesante ‘Parábola de la Diez Minas‘ Yahshúa tuvo que corregir la idea errada de sus seguidores de que su reino era inminente (Lucas 19:11). Les dijo en esa parábola que un ‘hombre noble’ (él mismo) se fue a un ‘país lejano’ (cielo) para recibir un reino y volver (v.12). Mientras tanto, sus siervos tendrían que ocuparse de su casa y de sus negocios hasta que él regresara nuevamente a la tierra para tomarles cuenta de los frutos de su trabajo. Aquellos que multiplicaron más sus minas tendrían más autoridad gubernamental sobre las naciones (vs 13-19).

DILEMA AMILENIALISTA

El problema de los preteristas es que ellos dicen que el reino ya vino en el año 70 DC, o en el 33DC, en el caso de los amilenialistas. Esto significaría que en aquellos tiempos primitivos el Mesías se sentó en su trono de gloria para regir el mundo sólo con una parte minúscula de sus escogidos, y dejando fuera del camino a todos los santos que vendrían en las futuras generaciones y en los siglos venideros. Pero sucede que en el libro de Apocalipsis no aparece el Mesías sentado en su trono de gloria como ya demostramos antes, sino en el trono de Su Padre. Si damos por cierto que el reino se inauguró en el 33 DC, resulta extraño que en el libro de Apocalipsis, el cual fue revelado décadas después de Pentecostés del 33 DC, no presente al Hijo sentado en su propio trono en el cielo junto con todos los santos desde el principio del libro apocalíptico, sino sólo al final (Caps. 20-22), cuando trata del milenio en la tierra.

Pero aquellos que dicen que el Mesías ya está reinando desde el primer siglo de la Era Común nos deben explicar en qué consiste ese gobierno del Mesías y de su supuesta “iglesia.” Y es que por todos lados vemos problemas y maldades que no tienen parangón. El mundo está pervertido, en caos, en confusión, en peligro de auto-destruirse. Entonces nos preguntamos, ¿puede Yahshúa estar sentado en el cielo gobernando sobre las naciones?¿Qué cosas buenas ha hecho entonces Yahshúa por el mundo desde que él supuestamente se sentó a gobernar a las naciones en el siglo I?¿No dice la Biblia que él gobernaría el mundo con vara de hierro? (Apo. 12:5). Por otro lado, ¿no dice Isaías mismo que el gobierno mesiánico será uno que traerá paz y justicia a todos los pueblos de la tierra? (Isaías 9:6,7).

Los amilenialistas deben recordar que Pablo fue irónico con aquellos creyentes que se creían reyes en función. En su carta a los corintios les escribe lo siguiente: Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros (1 Corintios 4:8). Como vemos, el apóstol Pablo usó la ironía para mofarse de aquellos creyentes que creían que vivían en el mejor de los mundos y que pensaban que estaban reinando como reyes.

¿CREYERON LOS DISCÍPULOS QUE EL REINO VENDRÍA PRONTO?

No podemos olvidar que los mismos apóstoles querían saber cuándo sería restaurado el reino a Israel. Fue por esta inquietud que los apóstoles le preguntaron a Yahshúa si dicho anhelado reino milenario le sería restaurado a Israel en su época. Sin embargo, es más sorprendente aún lo que el Maestro les respondió al decirles que Su Padre es el único que sabe el tiempo exacto para que se cumpla esa promesa (Hechos 1:3,6, 7). Si el reino estaba a las puertas, él pudo habérselos dicho, pero no lo dijo. El fue categórico al afirmar que sólo Elohim  sabe cuando se cumplirá ese anhelo milenario. Obviamente él mismo lo ignoraba por completo y no tenía idea alguna del tiempo preciso.

También debemos recordar que el reino del Mesías significa la vida eterna para todos los creyentes. En el diálogo que tuvo el Mesías con el joven rico en Mateo 19:16-25 el estudiante de la Biblia podrá descubrir que la vida eterna está ligada estrechamente con el reino de Elohim . Tanto la ‘vida eterna’ y el ‘reino eterno’ tienen que ver con el Olám Habá, el Mundo Venidero, mundo del reinado milenario del Mesías. De modo que si alguien quiere decirnos que ya estamos en el reino, debemos inferir que ya tenemos la inmortalidad, y que no moriremos jamás. Lamentablemente todavía la muerte es un enemigo de todos los hombres. Es verdad que tenemos la vida eterna, pero esa vida eterna es una promesa que poseemos por la fe únicamente (1 Juan 2:25). Todavía tenemos que esperar que Yahshúa el Mesías regrese en gloria para que seamos transformados a la semejanza de él. Entonces los creyentes serán cambiados e inmortalizados para entrar en su reino por todo un milenio. Nuestros cuerpos no envejecerán ni morirán como ocurre hoy.

EL REINO DEL MESÍAS Y LA REGENERACIÓN DE TODAS LAS COSAS

En el reino del Mesías, que es la era de la regeneración, cuando Yahshúa se siente en su trono de gloria, los apóstoles se sentarán también en doce tronos para juzgar (gobernar) a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). Sin duda esto no ocurrió en el año 70 DC, ya que los apóstoles murieron y no tomaron sus tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Notemos que Yahshúa habló de la época de la regeneración como la época de su entronización, en Mateo 19:28: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” La palabra “regeneración” viene del Griego (polingenesia), y no se encuentra en otra parte del NT salvo en Tito 3:5, y que denota un nuevo nacimiento espiritual. Plutarco la usa para referirse a las almas en nuevos cuerpos (la doctrina Pitagórica de la trasmigración). Cicerón habla de la “restauración de autoridades y honores”. Filón lo conceptuaba con el “nuevo nacimiento del mundo a través del fuego”. Esto quiere decir que cuando se restaure el reino milenario de Elohim  habrá un nuevo nacimiento de todas las cosas, llamado también “la restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21), y “nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13,14, Apocalipsis 21:1,5). Es también la liberación de toda la creación de la corrupción con la manifestación de todos los hijos de Elohim  en cuerpos nuevos. Todos estas promesas y esperanzas de ningún modo se vieron cristalizadas en el primer siglo de la Era Común, ni en ningún otro siglo de nuestra Era.

Por Mario A Olcese

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