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Esta é a vida eterna: que te conheçam, o único Elohim verdadeiro, e a Yeshua o Messias, a quem enviaste. JOÃO 17:3
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Tres objeciones contra el día de reposo respondidas:

Tres objeciones contra el día de reposo respondidas:

“Cristo es nuestro reposo”

En primer lugar, quiero responder a la objeción que dice: “Cristo es nuestro reposo, de modo que no necesitamos ya guardar ningún día de reposo en específico”. Esta opinión descansa en textos como Hebreos 4:3, que dice que “los que hemos creído entramos en el reposo”. Algunos suponen que aquí “entrar en el reposo” es “estar en Cristo”, lo que significa que “Cristo” y “reposo” son sinónimos, y que Cristo es ese “reposo” al que entramos por la fe. También está el texto que dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28), de donde también se argumenta que Cristo es nuestro verdadero reposo. Es verdad que podemos afirmar que Cristo es nuestro máximo y verdadero reposo. Y sí, en cierto sentido, el día de reposo apunta al reposo que obtenemos en Cristo mediante el evangelio. Sin embargo, ¿por qué esto debería significar que ahora el cuarto mandamiento ha quedado abolido? Con la venida de Cristo también aprendimos que el matrimonio entre humanos señala a la relación entre Cristo y su iglesia. El matrimonio es señal del pacto y de la relación de Cristo con su pueblo. Entonces, ¿el matrimonio debería quedar abolido y ya no ser vigente? No. El hecho de que algo señale a Cristo o tenga un cumplimiento en Cristo no implica automáticamente que debe ser abolido. Cristo es nuestro reposo, eso no está en discusión, pero de ahí no se sigue que el cuarto mandamiento deba ser abolido.

“Todos los días son santos”

La segunda objeción que quiero que respondamos es aquella que dice: “Todos los días son santos, de modo que no es correcto hacer que solo un día sea santo y los demás no”. Entiendo la preocupación detrás de esta idea. Algunos cristianos piensan que si decimos que el domingo es un día santo, y si decimos que es “el Día del Señor”, el pueblo de Dios entenderá que los demás días no le pertenecen a Dios, que en ellos la religión no importa, y que de lunes a sábado podemos vivir como nos dé la gana siempre que dediquemos el domingo a Dios. Entiendo esa preocupación y la comparto. Sin embargo, no debemos permitir que nuestras preocupaciones prácticas obstaculicen la verdad bíblica. La verdad bíblica es que todos los días son de Dios y para Dios, todos los días son para su gloria y su servicio y no tenemos permitido emplear unos días para nuestros deseos y otros para los deseos de Dios. Y, no obstante, aunque todos los días son de Dios y para Dios, al mismo tiempo es verdad que no todos los días son santos. De entre todos esos días que son de Dios y para Dios, unos son santos y otros no. Debemos evitar caer en el error de suponer que si algo no es “santo” automáticamente es del diablo o es del mundo. Muchas cosas “no-santas” son de Dios y para Dios. Esto se vuelve claro cuando notamos que Dios “santificó” el día de reposo desde la creación, cuando todavía no había pecado. En ese entonces todo era perfecto y Adán servía a Dios cada día; no había días de Dios y días del hombre; todos los días eran de Dios. Pero eso no detuvo a Dios de declarar un día como “santo” y separarlo del resto como un día especial. Adán y Eva servían a Dios todos los días, pero lo servían de un modo especial y diferente un solo día a la semana (el día santificado por Dios). Asimismo, Dios espera que lo sirvamos toda nuestra vida, pero Él demanda que cada semana lo sirvamos seis días mediante las labores de nuestras vocaciones y un día mediante las labores de la adoración formal. Así que, no hay nada de qué preocuparse; declarar que solo un día a la semana es santo no significa mundanalizar los demás días.

“Es cosa de judíos”

En tercer lugar está aquella objeción que dice: “El cuarto mandamiento es cosa de judíos, los cristianos no debemos observarlo”. Pero, ¿qué hace que algo de la Biblia sea “cosa de judíos” y no cosa de cristianos? Algo en lo que todos podemos estar de acuerdo es que las únicas leyes que pueden ser calificadas como “de judíos” son las que se le dieron al pueblo judío, al pueblo de Israel. Así, creo que todos podemos estar de acuerdo en que mucho de lo que se dijo en Éxodo, Levítico y Deuteronomio actualmente puede ser considerado “cosa de judíos”. Pero, ¿qué hay de lo que sucedió en Génesis cuando todavía no existía un pueblo judío como tal? Vayamos al mismo inicio, vayamos a la creación. ¿Alguien diría que el matrimonio es una institución judía? No, ¿por qué no? Porque el matrimonio fue instituido en la creación, Dios se lo dio a Adán y Eva como los padres de toda la humanidad, de modo que el matrimonio es algo que le pertenece a toda la humanidad y no a un único pueblo sobre la tierra. ¿Qué otra cosa instituyó Dios en la creación para toda la humanidad? El día de reposo. La Biblia dice en Génesis 2 que Dios santificó ese día (lo que significa que lo separó del resto y lo hizo especial), y en Éxodo 20 se repite que la razón por la que debemos guardar este día es porque Dios lo santificó desde la creación. El día de reposo no fue algo que Dios pensó únicamente para el pueblo judío, y lo sabemos porque Dios no se lo dio originalmente al pueblo judío sino a toda la humanidad. El día de reposo le pertenece a todos los hombres en todas las épocas, pueblos y culturas, incluyéndonos a nosotros, cristianos del Nuevo Testamento.

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